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CARTA CCIII, 26 DICIEMBRE 1920 227 que me lo entregaba todo entero, y con el Verbo se entregaba el mismo Di– vino Padre y su Di.vino Espíritu, y cada vez con más perfección. 3.--Las religiosas me esperan en la recreación y no puedo continuar. Es– toy bien, Padre mío; mi Di.os querido le pague cuanto ha hecho por mi po– bre alma. Y o procun,ré sacar el mayor fruto posible de sus divinas cartas y que no se pierdan los sacrificios que le cuesto. Además, procuro no separarme un momento de V. R., pues de esto depende la vida de mi alma. S:í, Padre mío, mi vida, mi vida divina depende de la íntima unión con V. R., que es el medio dispuesto por Dios para comunicarse a mi pobre alma. Bendito sea. 4,.-De sálud parece que estoy un poquito mejor, aunque me costó la ve– lada del 24. Pero es difícil que tenga salud, puct; debido a la tensión o fijeza del alma en su centro, no anima el cuerpo lo que debiera. ¡ Si pudiera adt1, lantar el entierro, sepultarlo en vida y vivir sólo en espíritu! 5.-Como le decía .en mi anterior, el 23 a las cinco y media de la tarde saludé a la connmidad. El 21., por Ia noche tuvimos una función extraordina– ria en ohsequio de nuestros divinos Superiores, a quienes nos entregamos cada una en su celda, renovando las promesas del bautismo y profesión. Lec; dije que hiciera cada una por sí misma la consagración, pero no quisieron, y• tuve que hablar, orar, cte., en cada celda en nombre y a favor de cada religiosa, según las necesidades y destinos de cada una. Bendiga a su humilde hija, que besa sus pies y manos, Sor Angeles. Deseo que m.c explique las Antífonas de la O que faltan (1), pues rm vida es fiesta conl:inua de la Trinidad y Encarnación, y en todo tiempo me sirven estos asuntos. (l) En sus carras dd 19, 20 y 21 había comentado, respectivamente, las tres pri• 1nenw Antífonas, que comienz;rrn: O Sapientia, O Adonai y O Rculix.