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CXCIX 29 noviembre 1920. SUMARIO.-]. Continúa la lucha.-2. Los ojos no derraman ni una lágrima.-3. Renuncié el cargo de Abadesa. Deus meus et omnia Amadísimo y venerado Padre: Bendiga a su pobre hija. 1.-Ayer cuando terminé de escribir la adjunta, se alivió mi situación y pasé toda la tarde y noche bien, gracias a mi Dios. Después de tres horas de oración, a las cinco de la mañana, recordando estas palabras de su apreciable del 8 (primera, de la colección (1): "No ves que estás muy flaquita y llena del agreste sabor de los animales que se crían en la selva del mundo", etc., mi pobre alma volvió a las procesiones y lamentaciones de ayer, y todo el día apenas he podido recobrar el silencio y recogimiento o reposo en Dios, fuera de breves momentos. Son las tres y media de la tarde, y parece que desde hace una hora estoy más aliviada y que se inicia el recogimiento, pero como la tentación, o lo que sea, va y viene, creo necesario manifestarle a V. R. y de paso mandarle la carta de ayer, que retuve al experimentar mejoría. Lucho con la posibilidad de que algún día tenga que volver a tratar con las religiosas, encargarme nuevamente del oficio o cargo de Superiora y el trabajo escriturario. No puede figurarse, Padre mío, el sufrimiento que esto me produce y cuánto me perjudica, pues revive en mi memoria todo lo que en contra he oído y aprendido y las terribles y desesperantes tribulaciones que he padecido; y pensar que puede repetirse la dolorosa historia, quizá con circunstancias agravantes y con perjuicio de mi alma, y, lo que es más triste, con ofensa de Dios, me desconcierta. He pedido a mi Dios que si no estoy. en condiciones para que me reciba en la eternidad bienaventurada, (1) Es decir, de la serie de cartas que el Director le iba escribiendo con motivo de los Ejercicios ezpirituales que elb estaba haciendo.

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