BCCCAP00000000000000000000899
200 CORRESPONDENCIA DE LA M. ANGELES CON EL P, MARIANO ticarlo, pero será difícil que consiga actuarme, pues raras veces recorro con atención tres estaciones, en la cuarta ya no sé lo que hago; cuando me doy cuenta, estamos en la sexta u octava estación; aunque retrocedo y repito, vuelve a sucederm~ lo mismo. Algunas veces, después de haberme actuado en el episodio doloroso, me ocupo en lo que constituye mi vida, pero me cuestan mucho estos cambios bruscos de un asunto a otro que no me llama en el día, aunque me merece infinita estimación. El Oficio Divino, como es de obli– gación, no puedo menos de rezar; pero me cuesta muchísimo fuera de los días que me llama Nuestro Señor y me espera en la sagrada liturgia, a la que amo y venero muchísimo, ¿cómo no? Paréceme que si V. R. me diese ideas, o indicara actos, podría practicar el ejercicio del viacrucis, pues lo practico bien algunos días, cumpliendo al– guna de las penitencias que me impone: el recurso a la Llaga, por ejemplo, de su carta fecha 11 de los corrientes.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz