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CXCIV 14 noviembre 1920. SUMARIO,_::_]. Todavía no he merecido el inestimable tesoro de la humildad.-2. Causa de una pequeña disipación.-3. Agonía amorosa.--4. La salud. Tuya soy, sálvame por amor de ti mismo, Dios mío, Misericordia mía. Madre de Dios, ruega por mí. M. R. P. Mariano de Vega. Mi venerado y amadísimo Padre de mi alma: Le saluda respetuosamente su hija pecadora y postrada a los pies de V. R., besa su santa mano y espe– ro su paternal bendición. 1.-Esta mañana supe el motivo de la detención de mi última y su salida para .ésa (1). Parece Iué providencial el olvido, pues después de .mandarla al correo tuve pesar de haberla escrito por la manifestación de mi tranqufü: dad, entusiasmo, etc.; y se acentuó este pesar al leer sus apreciables del 12 y 13 y ver en ellas repetido lo mismo. Es que pienso que se repite la histo– ria que deploré con amargura muchas veces, la conducta que observé con V. R. los años 1910 y 1911, o sea que cuando V. R. procuraba inculcar en mi alma el conocimiento propio }: procuraba colocarme en mi nada degra– dada, servidora con sus fuegos fatuos e insulsas manifestaciones de lo que sentía en contra y creía me elevaba a Dios le obligué a tomar otro rumbo; desgracia que no lloraré lo bastante, aunque viviese hasta el fin de los si– glos. Lo mismo hice con el P. Alfonso. Le ruego, pues, Padre mío, que no haga caso de las tonterías de mi an– terior, y continúe diciéndome las verdades que necesito saber y deseo sen– tirlas, aunque confieso que no he merecido todavía el conocimiento propio, (1) Sucedió que habían emiado la carta al correo sin sellos, y así quedó detenida en la Central de Valladolid.