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CARTA CXCIII, 11-12 NOVIEMBRE 1920 185 no pienso salir de aquí, pero caso que Nuestro Señor dispusiera llevarme a otra parte que la llevaré conmigo, y que tampoco haré ninguna diligencia para salir del cargo de Abadesa de esta comunidad, aunquo lo deseo, pues estoy dispuesta a sufrir el sacrifiicio que me cuesta por su tranquilidad y de las que participan sus inquietudes. Parece que se ha calmado un poco. Todas piensan asistir a las pláticas de Sor N., a quien he encargado que las hable todos ,los días, etc. También ésta ha sufrido la tribulación correspon– diente, pensando que sería como Fr. Elías, etc. Ya se ha resignado y espero que Nuestro Señor las protegerá a todas y que mi retiro les reportará mayo– res bienes que mi insulso trato o comunicación verbal, máxime teniendo a Sor N., cuyas dotes conviene que conozcan por experiencia para que la esti– men como se merece, y me dejen retirarme para siempre, pues estoy desean– do desaparecer de la comunidad y del mundo entero, y creo que conviene. A Sor N. la estiman mucho, la admiran y veneran, pero hace falta que la prefieran a servidora, pues lo reclama la gloria de Dios y el bien de la co- munidad, y se le debe de justicia. . A las tres reuní a la comunidad para despedirme. Se alargó la recreación (o duelo) y después tuve que hablar a varias, y por la noche, después de · Maitines, le he escrito a Sor N., confirmando lo que le dije de palabra para que se tranquilice y deseche las sugestiones diabólicas que tanto la hacen sufrir. Así que no he podido hacer la preparación para los Ejercicios. Lo haré mañana, y en lugar de terminarlos el 22 de diciembre, estaré hasta el 23.

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