BCCCAP00000000000000000000899

180 CORRESPONDENCIA DE LA M. ANGELES CON EL P. MARIANO rapidez asombrosa, pero sin saber en qué ocupo el tiempo. Hace mucho tiem– po que deseo leer la carta epistolar del 1 de noviembre de 1912, y no puedo. Tengo presente su ccmtenido; me gusta muchísimo, y, sin embargo, no pue– do fijarme ni menos leer, y sólo, en parte, constituye mi vida (1). Me expli– caré. 2.-Requerida por la comunidad el día 1 de los corrientes, dirigí una plática a la misma sobre la sagrada liturgia del oficio del día o solemnidad de Todos los Santos. Si de la abundancia del corazón habla la boca, ya com– prenderá mi Padre que hablé del Santo de los Santos empezando por expo– ner el invitatorio de Maitines: Regem regum Dominum, venite adoremus, quia ipse es_t corona sanctorum omninum; de qué manera es Dios corona y vida de los Angeles y de los santos. Siguiendo el orden de la sagrada litur– gia, propuse a la consideración de las religiosas Dios Líno y Trino sentado en su trono como primer objetivo de nuestro culto; después al mismo Dios en la vida presente, según explica el primer responsorio, que dice: Vidi Do– minum sedentem, -etc.; después; la historia de la Encarnación representado en el Cordero y con él a la Virgen Madre exaltada sobre las jerarquias an– gélicas, como dice el segundo responsorio. Y así fuí comentando todo el oficio. Pues bien: después de requerir a las religiosas para subir todos los gra– dos hasta colocarse junto al Precursor, y si quieren entre los Angeles y Se– rafines, a quien se refiere el tercer responsorio, yo me quedé con el Profeta Isaías contemplando y amando a mi Dios Uno y Trino sentado sobre su excelso trono, en unión de mi Padre y de los Serafines, no en el cielo, sino en la tierra, donde poseo el cielo, confirmando el derecho que tengo a gozar la presencia de mi Dios en la vida mortal la sagrada liturgia de la dicha festividad en el responsorio que sigue a la lección primera, que es o habla del trono de Dios en el cielo; como si dijera la Santa Iglesia: No envidies la suerte de los bienaventurados, pues aquí en la tierra puedes contemplar a tu Dios, gozarle, amarle, etc. 3.-Gozo, pues, habitualmente el sentimiento de la presencia de Dios Uno y Trino, y en su seno hallo el misterio de la Encarnación que comprende toda la vida del Verbo Encarnado, a quien suplico se extienda a mi alma para merecerme el infinito don que anhelo, la tercera Persona de la Trini– dad para amar al mismo Dios Uno y Trino y Encarnado en María. Todo me (1) Itineraria místico, Parte 11, págs. 287, 291; Una flor siempreviva, pág. 12.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz