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CXCII 9 .noviembre 1920. SuMARI0.-1. Sin gracia para hablar y escribir,-'-2, Una plática a las religiosas.-3. Gozo habitual del sentimiento de la presencia de Dios. Aspiraciones.-4. Gratitud. Tuya soy, sálvame por amor de ti mismo, Dios mío, Misericordia mía. Madre de Dios, ruega por mí. M. R. P. Mariano de Vega. · Mi venerado y amadísimo Padre de mi alma: Le saluda respetuosamente su hija pecadora y postrada a sus pies, beso su santa mano y espero su pa– ternal bendición. 1.-Leída su apreciable de ayer, hablé esta mañana a Sor N. y Sor B. manifestando mi determinación respecto de los santos Ejercicios, los que co– menzaré, Dios rnediante, el jueves por la tarde para terminarlos el 22 del próximo diciembre. A la primera le encomendé los asuntos pendientes y que puedan ocurrir durante mi retiro, y que los Ejercicios de Sor N. los acomo– de a las profesas que libremente quieran aprovecharse, que supongo serán todas las j óvenc:::, para que tengan ocupación interior y no me echen de me– nos. Las mayores ya tienen bastante con lo que oyeron el día primero, fiesta de Todos Io-s Santos. Si necesitan nuevas enseñanzas, que asistan a las pláti– cas de Sor N., que seguramente les gustará y sacarán fruto, pues creo que está llamada al apostolado de la palabra y su centro es el comercio espiri– tual con las almas, así como el mío: Dios, sólo Dios, sólo Dios, pues hace tiempo que perdí la gracia de hablar y Dios sabe la grandísima violencia que me cuesta hablar a la comunidad, cuando me obliga el deber o me re– quieren las religio¡;as. Este es uno de los motivos por que deseaba viniera Sor N., a quien le encomendé la dirección de las novicias y jóvenes que la Providencia me había confiado. También perdí la gracia de escribir, así que no sé qué decirle, Padre mío, de mi vida, de mi alma, de mis deseos; pues no me conozco, ni· sé donde estoy ni donde debo ir. Mis días se deslizan con