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ex e I 3 'noviemon: ~Y-..:0. SuMARI0.-1. He sentado plaza entre los Serafines.-2. Preparándose para los Ejercicios espirituales. Tuya soy, sálvame por amor de ti mismo, Dios mío, Misericordia mía. Madre de Dios, ruega por mí. M. R. P. Mariano de Vega. Mi venerado y amadísimo Padre de mi alma: Le saluda respetuosamente su hija pecadora y postrada a sus pies, besa su santa ma~o y espero su pa– ternal bendición. L-¿ Y qué le diré a mi Padre de sus cartas de fuego? Que su contenido es mi vida. Sí; es mi vida. Continúe, pues, la misión que mi Dios le ha confiado hasta que consiga fundirme en la divinísima Persona del Espíritu Santo para que arda en Dios y con Dios en perpetuas eternidades, en unión de mi Padre, u quien me adhiero firmemente arrepentida de mis pecados, de– plorando mi indignidad, pero confiada que V. R. no me desechará, sino que me purificará y adaptará para la transformación en el Amor increado. He sentado plaza entre los Serafines que rodean a Dios tres veces Santo, que vió Isaías sentado en solio excelso, cuya orla llena el templo y de cuya glo– ria está llena la tierra (1). Como ellos, deseo calentar a mi Dios, mejor di– cho, impedir que sienta la frialdad de los moradores de la tierra y amarle por los ingratos que no le aman, etc. Ya sabe, pues, donde me encuentro y le espero para recibir nuevos gra– dos de calor divino. Dios se lo pague todo, Padre mío, y le haga tan seráfi– co y santo como se lo pide continuamente su pobre y agradecida hija. (1) / saías,. VI, 2 y sigs.