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CXC 27 octubre 1920. SuMARI0.-1. La comunidad concepcionista de Avila.-2. Paz del alma. Vida de amQr. Tuya soy, sálvame por amor de ti mismo, Dios mío, Misericordia mía, Madre de Dios, ruega por mí. M. R. P. Mariano de Vega. Mi venerado y amadísimo Padre de mi alma: Le saluda respetuosamente su hija pecadora y postrada a sus pies, .besa su santa mano y espero su pa– ternal bendición. 1.-Acabo de reéibir la apreciable de V. R., que le agradezco como se merece. Supongo que recibiría mi anterior. Si le parece a V R., deseo mandar a Sor N. (la mayor de las jóvenes de las Concepcionistas de Avila) las oraciones que aquí se recitan por la maña– na, pues, según noticias, aquellas buenas jóvenes son extremadas en el reti– ro y temo que la imprudencia suscite la malquerencia y lo pierdan todo por querer demasiado. Amo singularmente a dicha comunidad, cuyas jóvenes en– cuentran la vida en los Coloquios, etc., que poseen y recibieron de esta Casa, y me piden continuamente mi pobre ayuda para sostener y desarrollar la vida espiritual. Me parece que les será utilísimo el Ejercicio (1) que pienso o deseo enviarles, y les mantendrá en equilibrio para que no se desvíen a la derecha y comprometan la vida interior, el disgusto con que lo verían las religiosas mayores, quienes hasta el presente han mirado bien el camino que llevan, y hasta han procurado seguirlas utilizando los mismos medios. 2.-La paz e imperturbabilidad, que le decía en mi anterior goza mi alma, no consiste en la satü,facción o persuasión del buen estado, sino en la iden- (1) Véase más arriba, pág. 23.