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174 CORRESPONDENCIA DE LA M. ANGELES CON EL P. MARIANO aunque lo deseo, lo cual me produce vacío o no sé qué, y acentúa la apre– miante necesidad del socorro de mi Padre. 3.-Ayer, en la rer.reación, Sor N. tuvo la feliz ocurrencia de sortear los episodios del capítulo cuarto de los Cánticos y repartirlos por suerte entre las religiosas. Me tocó éste: Donec aspiret dies et inclinentur umbrae, vadam ad montem myrrahae et ad collem thuris (J.). Un entusiasmo delirante me hizo brincar por espacio de unos minutos delante de las religiosas, que admi– raron la extraña manifestación; mas aunque vi la confirmación de los lla– mamientos de mi Dios Humanado, y continúo sintiendo el mismo entusias– mo y fuerza apremiantes hacia su vida paciente, yo no respondo al llama– miento ni puedo. Tengo a la vista el Calvario, pero mi alma espera un apo- · yo para subir a él, mejor dicho, para emp1;ender él viaje; y el apoyo es V. R., a quien espero no sé de qué manera, pues ya veo que no le es :fácil venir a Valladolid. Es tarde y no puedo más. De salud estoy mejor, por lo menos no siento nada y puedo seguir a la comunidad. Bendiga a su hmriilde hija que se encomienda a sus santas oraciones, Sor Angeles. (1) Cant. II, 17; IV, 6.

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