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CLXXXIX 24 octubre 1920. SUMARIO.-'-Í. Mi vida es ·muerte.-2. Necesidad de la visita del Director.-3; V~dam ad montem myrrhae. Tuya soy, sálvame por amor de ti mismo, Dios mío, Misericordia mía. Madre de Dios, ruega por mí. M. R. P. Mariano de Vega. Mi venerado y _amadísimo Padre de mi alma: Le saluda respetuosamente su hija pecadora y postrada a sus pies, beso su santa mano y espero su pa– ternal, bendición. 1.-Ya es hora que conteste a las apreciabilísimas de V. R., pero no pue– do, aunque lo deseo. Padre mío, creo que he perdido la facultad de escribir, de hablar y de obrar, o que mi vida es muerte, pues no hago nada ni puedo fuera del abandono o resignación en mi Dios, cuyas adorables disposiciones adoro, amo y acepto, aun sin c_onocerlas, y siempre con júbilo. Sólo para esta resignación amorosa en mi Dios Uno y Trino y en V. R. tengó vida y en esto se me pasa todo el tiempo libre de las ocupaciones exteriores a las que atiendo con mucha pena y grandísima violencia. 2.-Me resigné, pues, a sufrir la privación de mi Padre, cuya presencia reclamaba mi alma, sin que me costase violencia ni pena, pues todo me viene bien y me sabe a gloria merced a mi identificación con la divinísima volun– tad de mi Dios. Mas no por esto se acalló el grito de mi conciencia, pues con– tinué y continúo sintiendo la ausencia de mi Padre. Me parece que tengo ne– cesidad de su visita paternal, aunque ignoro el motivo de mi apremiante ne– cesidad, pues no tengo intranquilidades ni nada que turbe la paz y felicidad de mi alma fuera del vacío o muerte que he dicho, o sea un llamamiento con– tinuo de parte de mi Dios Humanado y no poder responder. al llamamiento,