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CLXXX VII 20 octubre 1920. Mi venerado, y amadísimo Padre: En mi poder las dos apréciabilísimas dé V. R. No he tenido tiempo para escribirle ni gracia; lo haré tan pronto cómo pueda. El. Sr. ,Médico dice que no tiene curación la enfermedad de M. Presentació:n, pero que procurará compensar la lésión éon la medicina •para ,que no avance tanto, y si responde, comó espera; puede durar. S,iento en el alma, pero tengo que obligarla al régimen alimenticio . qµe prescribe el médico, y prohibirla los ayunos, besar el suelo, etc., si V. R. no me '1Il.anda otra cosa. ¿Le prohibiré la disciplina? ¿A qué hora se levantará? Por las mañanas tiene'. las pliernas menos inflamadas, pero más fatiga; la veo más inquieta en la oración, misa, etc., debe pasarlo muy mal. Servidora estos días asistiendo a todo. Tengo mucha pena por la enfermedad de M. Presen– tación. Bendiga muchas veces a su humilde y recon_ocida hija, que postrada a sus pies, .besa sus santas manos, Sor Angeles. Las cartas que mi Padre califica de locuras son las que mejor entiendo y responden a mis exigencias. Dios se lo pague (1). . Deseo hacer voto de no salir al locutorio con subordinación a V. R. ¿ Quiere que lo haga? (1) Se refiere a la carta del P. MARIANO fecha 19 de octubre, que se publicará en el número de enero de 1958 de la Revista Estudios Franciscanos (Barcelona).