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: CARTA 'CLXXXI, .8 SEPTIEMBRE 1920 153 'Carne." Otras veces hablo direct~mente c~n mi Dios ·uno y Trino o con al– guna de las Personas divinas; pero siempre en el mismo sentido, recordán– doles que ya me adherí a la dirección, que llené la condición requerida para participar su vida divina y que espero ésta con arisia suma, etc. 7.-Es tarde y no puedo continuar. Respecto de los s::intos Ejercicios, los haré cuando venga la M. Presentación (5). Mucho me temo de. ésta, porque comprendo sufre impresiones desagradables. Lo que dice el P. Andrés del delirio con que aman a la M. Presentación jóvenes y ancianas, será mitad por mitad, y aun en la parte favorable no faltarán espinas. Así es el mundo, y esto debemos esperar del comercio humano. Son muy contadas las almas que participan la pureza y lealtad del Amor increado, y cuando una de éstas tropieza con corazones egoístas, sólo Dios sabe lo que sufre. r~r es.to me alarma la despedida de la M. Presentación de la comunidad de Logroño, donde no dudo habrá recibido ya algún desengaño mayúsculo. Le incluyo la e.arta de Sor.,N. para que vea mi deseo; espero que no tendrá dificultad en acompañar a nuestras queridas desterradas en su viaje, y es necesario, creo... Desde luego, Padre mío, que de no dirigirme los Ejercicios de viva voz, tendrá que hacerlo por escrito. Sus cartas responden perfectamente al estado de mi alma; sin embargo, desde el día 5 por la noche u ocho menos cuarto de la tarde estoy en una especie de ansia o gemido, como esperando vida y vida divina por medio de mi Padre. Dos inefabilidades se presentan a mi alma: primera, la Santísima Trinidad; segunda, la Unión Hipostática, como centro y única vida de mi alma. Mi alma las distingue en algunas opera– ciones; en otras, identifica la Santa Humanidad con la Divinidad, en cuyo caso viene 'a ser come; una sola inefabilidad. Quisiera explicarme, pero me falta tiempo. Le indico esto para que vea que, fuera de Dios y del misterio de la Encarnación, no existe nada para mí. Hace tiempo que siento algún llamamiento a contemplar los atributos y operaciones de Dios, o sea los asuntos que me dió V. H. para los Ejercicios de los años 1915 y 1917, incluso los Cantares, que en 1917 no me atreví aplicarme, pero no he respondido al llamamiento, el que ha sido más fuerte desde el día que sufrí el eclipse consabido. También hace mucho tiempo que me siento llamada a practicar los Ejercicios por espacio de 40 días, pero no se lo dije a mi Padre, porque tenía cierto miedo a este retiro, que a veces se (5) Esta religiosa, cuyo viaje de vuelta a Valladolid se estaba tramitando, era Su– periora de la Comunidad Concepcionista de Logroño.
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