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CLXXIX 27 agosto 1920, SuM:A:RI0.-1. Recordando a s1i madre.-2. Jesús y San Francisco. Dos vocaciones particu.. lares.-3. Dilatación de espíritu. ¡Mírame! Tuya soy, sálvame .por amor de ti mismo, Dios mío, Misericordia mía. .Madre de Dios, ruega por mí. M. R. P. Mariano de Vega. Mi venerado y amadísimo Padre de mi alma.: Le saluda respetuosamente su hija pecadora, y postrada a sus pies beso su santa mano y espero su .pa– ternal bendición. 1.-Mucho le agradezco, Padre mío, la· Misa. cantada que ofreció por mi querida madre. Ciertamente estoy de enhorabuena y cada día más conven– cida de su dichosa suerte y agradecida a mi Dios. No puedo ofrecer sufragios por ella. Me intereso, sí, por ella cuando la recuerdo, o se impóne · su me– moria, para que mi Dios le ame por mí, le procure muchos grados de gloria accidental, etc.; pero más me encomiendo que la encomiendo, aunque ni uno ni otro por propio impulso, porque soy toda de mi Dios y a El está consa– grada mi vida entera. Pero se conoce que Nuestro Señor respeta los derechos de los padres aun en el cielo y los honra, pues sólo así se explica el modo cómo se me impone la memoria de mi difunta madre y su influencia. Creo que ni una sola vez he recordado a mi madre sin que al mismo tiempo se me impusiera la presencia de mi Dios Humanado ora en el cielo ora en el sagrario, y me sintiera movida a rendirle mis homenajes de amor y, respeto por el beneficio .de la redención, agradecerle su santísima pasión y méritos, etcétera. Algunas veces acompañaba el sentimiento de la presencia de la San– tísima Virgen. Como tengo experiencia de la infinita y divina excelenéia del Verbo Encarnado y de su Madre, no he dado importancia a estos sentimien– tos que elevan mi alma a Jes1Ís, me ponen al servicio de su gloria, etc.; aunque

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