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COR!lESPONDFJNCIA llE'. Dh M. A:NcmLJil!;) GONi Jfü. P. MARIANO visible, me adherí al seno' virginal de María para participar su vida en· la forma que. mi Padre me indicaba;. Tampoco era nuevo esto para mí, pues por la misericordia de Dios toda mi vida religiosa se ha deslizado en el regazo maternal de la excelsa Madre de Dios y me he alimentado a sus pechos. Sí, gracias a Dios, y sea bendito por siempre por tan singular favor; En su apreciable del 29 de junio vi con indecible contento citado ocho ve– ces a la Madre y Reina de mi corazón, y dos con estas palabras: "y recostada en el regazo maternal de tu Madre", "y te amantaré a los pechos dulcísimos y purísimos de la gran Madre de Dios". Esperaba, pues, su cumplimiento y, al ser requerida por mi Padre, contentísima me adherí al seno de mi Madre y Reina divina, como he dicho. Pero apenas si había transcurrido un cuarto de hora, cuando sin darme cuenta, como, movida por un resorte desconocido, abandoné mi puesto y. me coloqué a la derecha; Ignoraba quién me había con– ducido allí y el fin,. y se me ocurrió si sería para alimentarme de alguna vir– tud o gracia, especial que la Madre de Dios, mi dulce Soberana, regalaba a mi Padre; cuando de repente, cuando pensaba que aplicada al seno de la Virgen iba a absorber su vida y sentimientos o aquella virtud o espiritualidad especial que aprendiera, ocultóse la Señora dejando a mi Padre en su lugar para que le sustituya, y como a través de V. R. percibí su presencia. No nece– sité explicaciones para comprender lo que me quiso significar la Santísima Virgen, pues lo vi y palpé, y una vez más me reconcentré toda, toda en la di– rección para no buscar fuera de ella nada absolutamente. Esto y hallar en V. R. a la santa Iglesia del modo especial que reclama mi fe, amor y ad– hesión a la misma, es lo principal de la carta, pues lo demás, como siempre, o sea hallar en V. R. a las divinas Personas, percibir su vida divina, etc. 18.-La carta del 24, complemento de la del 17, además de responder a mi vocación, a la unidad, a este no poder buscar nada fuera de mi Padre, es también confirmación de lo que he experimentado en mi trato con Dios des· de el 19 ó 20 de los corriente. Si tengo tiempo, lo referiré en carta aparte, pues la presente quiero mandarla con los escritos, los que me he determinado a enviárselos facturados y tódos los que tengo, excepto el capítulo IV y VU de los Cánticos, aplicado a la Santísima Virgen, que me reservo por si lo ne· cesito algún día, pues hacé tiempo que deseo leerlo y nunca encuentro tiempo. Bendiga a su humilde y reconocida hija, que besa sus pies y manos. Sor Angeles.
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