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134 tación J19) l'emitirme los borradores· que tiene o irlo copiando, que des• pués lo revisaré por si hubiera equivocaciones. F;l Apéndice (20) no lo tiene. Le mando también lo~ últimos "restos del Diario que quemé (21), y lo que escribí sobre el capítulo V de los Cánticos y sentimientos que me inspiró el año 1915, aunque consta en el capítulo XXI (22). Creo que desde el capítulo XIII .hasta el XX reconocerá las diversas fases de mi alma desde que me .conoció V. R. y trató la primera vez el año 1908. El XVIII pertenece al año 19l2; el XIX se inauguró al ir a ca– pítulo (23). Recuerdo hasta la hora, en la cual se me impuso la adorabilí– sima voluntad de mi Dios, si bien vení~ ya trabajándome la gracia y arras– trándome hacia la tercera Persona de la, TriQidad hacía dos o tres semanas. El capítulo XX empezó a cumplirse a principios de agosto, mejor. dicho, a mediados. La aparición simultánea del Espíritu Santo y del Padre Eterno en el huerto místico (en la forma que representa la foto·grafía que contiene los episodios del capítulo IV de los Cánticos) (24) fué la respuesta. al Surge, Aquiló, et veni, auster (25) de los últimos días de mis Ejercicios del año 1913. ¡ Qué recuerdos! Y ¡ quién había de pensar que el fin de tanta gloria en el mundo de la gracia y de tanta ignominia y desventuras en el comercio hu– mano o mundo visible iba a ser un ·descenso y degradación como la que he sufrido! La verdad, que mi historia es capaz de .desconcertar al más experi– mentado en las secretas vías de Dios. Quiera Nuestro Señor concederme los socorros necesarios para resarcir tantas pérdidas y pecados. Hágalo V. R., Pa– dre mío, porque lo reclama la gloria de Dios y mi pobre alma, que no sé cómo no me he muerto de pena al ver tanto destrozo y abominaciones en el templo de Dios Uno y Trino. 13.-Se me olvidaba decirle que en los Ejercicios de comunidad que di– rigió el P. Alfonso en junio de 1917, cuanclo. me confesé la primera vez, me preguntó cómo hacía la oración. Le expliqué con la brevedad que pude, y no debió gustarle. Me dijo que meditase en los, misterios de la vida de Jesús. (19) Se hallaba por entonces en Logroño, al frente de aquella Comunidad de Reli• giosas Concepcionistas. (20) Es decir, el Apéndice sobre la Dirección, escrito por la M. Angeles. (21) Véase más arriba, pág. 125, nota. 7. (22) Cfr. La vida espiritual, págs. 269 y sigs.: P. MELCHOR DE PoBLADURA, obra cit., pá- gina 95. ' · (23) Es decir, cuando el P. Mariano pasó por Valladolid (10-14 mayo 1913) hacia Bilbao, en donde los PP. Capuchinos de la Provincia de Castilla iban a celebrar la elección de los nuevos Superiores. (24) Cfr. P. MELCHOR DE PoBLADURA, .obra cit., pág. 95. (25) Cant. IV, 16.

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