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CARTA CLXXVIII, 25°26' AGOSTO 1920 129 que; Renové lás confesiones desde julio de 1914 y quedé tranquila de lo pa– sado, pero sin reposo por la necesidad que tenía de un Director que me co– nociera mejor que el P. Narciso, etc., o sea mi Padre verdad. El verano 'me preparé para el XXV aniversario de mi profesión, que ce– lebré el 6 de octubre bon la mayor devoción que pude, previa otra confesión o cuenta de conciencia; especie de confesión general, con el P. Alfonso, que nos confesó por aquel tiempo como extraordinario de Témporas, y me ins– piráha más confianza que otros; y, sobre todo, había quedado tranquila en las confesioí1es que hice eón él en junio, durante los Ejercicios. No sé por qué motivo (me figuro que por vano temor) no contemplé los asuntos del cuadragesimal referentes a lo~ Cánticos. En septiembre se me impuso el verso primero del capítulo VIII (10); y me trabajó hasta el 24 de diciembre me– dia noche; mejor dicho: hasta la comunión de la Misa de Gallo, que se cumplió en mi alma la manifestación de la vida de Jesús que consigne en el capítulo XXII de la obrita (ll). Ya antes, el 2 de noviembre de 1916, se me ha.bía manifestado Dios Humanado en mi alma por modo soberano, y prometídome que nunca me dejaría. Ratificó esta promesa varias veces. Des– pués fué cumpliénclqse ló que sigue de la obrita hásta mediados de noviem– bre de 1918, que di por tern:iinado mi trabajo. 10.-Los Ejercicios de comunidad del año 1918 me aprovecharon, debi– do, sin duda, a que el P. Alfonso se acomodó a mi vocación. Conservo la nota de los asuntos que predicó (de letra suya) y se la envío. Como verá, cosa particular no contienen, pero revivieron las huellas divinas que dejó mi Dios a su paso por mi alma en el recotdad~ trienio que me dirigí con V. R.; y aquí estuvo el secreto y la fuerza de mi aprovechamiento, como lo conocerá por las hojas que le remito, que arranqué del Diario que que– mé (12). Como lo había hecho los años anteriores, me preparé para entrar en Ejercicios, recordando en la presencia de Dios con atención, detención y. devoción y fervorosas peticiones los misterios de amor que se cumplieron en mi alma desde julio de 1910 hasta octubre de 1913, en lo que empleé va– rios días, y la víspera las pláticas de preparación de los tres años comunes y privados y las noticias divinas y favores que recibí cuando las escuché, más las disposiciones con que comencé los Ejercicios el año 1915. Con esta (lÓ) Cant. VIII, 1: Quis rnihi det te f~atrern meum, etc. (11) CJr. La vida espiritual, págs. 283 y sigs. (12) Véase más arriba nota 7,
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