BCCCAP00000000000000000000899

. C:AR'~A CLXXVIII, 25-26 Af;OSTO 1920 :J21 v1s10n beatífica, pero sin más purgatorio .que una pena de daño o privac1on divina, la que padecía no sólo resignada, sino animadísima y .radiante de alegría, bendiciendo a Nuestro Señor. Yo lloré de pena y compasión pOF lo que le hice sufrir, durante su .vida con mi silencio, y .hubiera llorado más. a no impedírmelo mi querida madre, quien se mostraba contentísima de haber sacrificado su amor :maternal entregando a Dios sus hijos, etc. Mientras procuraba .yo resarcir las penas que le ocasioné, etc., invocando a su favor los méritos .de mis. sobe!anos Amores, Jesús y María, y el amor del Divino Espíritu, y avalorados sus méritos con el triple socorro, los. presentaba a Dios Padre, mi madre pareció ocultarse en las profundidades de. Dios como un ser de luz lleno de vida, animándome con su dulce y expresiva mirada a seguir mi vocación y camino. El .día siguiente recibí la noticia del fallecimiento y hora de los funera• les que se celebrarían por su eterno descanso, a los cuales quise asistir en espíritu rezando el Oficio de Difuntos, lo que cumplí con la alegría y entu– siasmo que si celebrara una fiesta solemne o rezase el Oficio de la Asunción. Tuve que violent,arme para ocultar mi contento; y posteriormente me ha ocu– rrido lo propio todas .las veces que he tomado parte en· los sufragios que la comunidad ha ofrecido por mi querida madre, incluso el funeral. Oficié en la Vigilia, y al echar la tercera lección y la oración, tuve que estar sobre mí para contener la risa, porque reventaba de contento. Y a ve qué locuras, Padre mío. Y lo peor es que no puedo cambiarme, al contrario, cada día m:e ponfirmo más en estos sentimientos y en la seguridad que ·les acompaña de la dichosa eternidad de mi buena madre. Sin embargo, V. R. encomiéndela; lo mismo pido a mis religiosas y a todas las personas que se interesen por m1i, pues bien pudiera obedecer mi disposición, locui"a, o lo que sea, al celo que tiene mi madre de la gloria de Dios y de mi sánti.fi – cación que le obligue a privarse de los sufragios para no estorbar mi vo– cación, o también al estado de mi alma que me sustrae al sufrimiento y .a todo comercio con las criaturas aun celestiales, excepto los santos Angeles alguna que otra vez. 4.--En la noche del 14, al 15, cuando me confirmó Nuestro Señor cier– tas cosas referentes a mis padres, que me había manifestado y me llamó a la espiritualidad sublime, que creo le indiqué a V. R.. en una de mis anterio– res, s.entí que un influjo divino se extendía a mi cuerpo, y en su virtud; éste quedaba elevado y como consagrado, y las propiedades del alma que ya par– ticipaba se pronunciaban.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz