BCCCAP00000000000000000000852
50 CORRESPONDENCIA DE LA M. 1\NGELES CON EL P. MARIANO En conformidad con lo indicado por María Santísima hice el voto " de obediencia a mi Padre .Espiritual con propósito firme de observarlo a su tiempo según la voluntad de Dios y de su Divina Madre (r). Y éste es mi anhelo, y que la entrega de mi voluntad en manos de V. R. sea una entrega verdad y sin reservas, como V: R. me indica, pues es ésta la voluntad de Dios ; y que para .esto mi comunicación con V. R. sea una comunicación verdad, llena de fe y confianza; en una palabra, una comunicación divina, porque así me exige Dios Nuestro Señor. Este es mi deseo, ¿ pero lo cumpliré? No lo espero de mí, pues soy incapaz de dirección, no tanto-me parece-por desobediente, aunque lo soy mucho, mejor dicho, lo he sido en estos dos años y medio, como por mi genio o modo de ser, que me parece es la causa principal que me ha impedido hasta ahora el tratar con mi Director Espiritual con la confianza absoluta que Dios quiere que trate. De mí no lo espero, no, ni puedo esperar porque no sirvo para tratar con nadie; pero V. R. puede, si quiere, salvar esta dificultad y faci– litarme la dirección, pues yo sé que Dios Nuestro Señor y la Santí– sima Virgen le han dado gracia para conquistar mi confianza y mi voluntad y hacer de mí lo que Jesucristo, mi Dios, mi Esposo y mi · Señor quiere que sea. ¿ Y qué se entiende, o debo enten.der yo, por dirección nominal? Si es la que tengo, espero, mi amadísimo Padre, tendrá la bondad de decirme para cambiar de estilo o de lo que V. R. me diga. 5.-He tenido una verdadera satisfacción en ver el concepto que V. R. ha formado de mí. No dudo: Padre mío, que tendrá la bondad de continuar manifestándome el que le harán concebir Dios Nuestro Señor y la Santísima Virgen, su Angel Custodio y el mío cuando le demuestren mi alma allá en sus comunicaciones con· Dios en toda su fealdad, como muy de veras se lo supli~o, pues todavía no estoy sa– tisfecha, si bien creo que no me ha dicho todo lo que siente de mí en maldad. Dios se lo pague, Padre. j Ay, Dios mío! ¿ Qué contestaré yo a lo que me dice mi Padre en su carta, después de haberme indicado el concepto que tiene de mí, si no puedo ni siquiera leerlo sin que se me levante calentura, (1) Se trata del voto de obediencia, transcrito más arriba, p. 40
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz