BCCCAP00000000000000000000852

42 CORRESPONDENCIA DE LA M. ÁNGELES CON EL P. MARIANO yo en el presente día ¿ con qué intención, con qué fervor, con cuánta perfección los ejecutaría? ¿ cómo emplearía el precioso tiempo que el Señor me concede en este día para amarle, servirle, acrecentar su gloria y traducirle en obras mi amor? . Atender a lo que la Divina Señora me insinúa y procurar .des– pués todo. el día ejecutar todas mis obras con el mismo fervor y per– fección que entiendo lo haría la Señora,. si estuviera en mi lugar. Y ejecutarlo todo en uµión de la misma Soberana Señora, incluso todos los actos que realizo en mis íntimas comunicaciones con Dios : todo. todo, todo. ,., o 0· Eq, tercer lugar, prometo, en cuanto es de mi parte, procurar en unión de María Santísima vivir siempre en la dulce presencia y ama– ble compañía de mi Divino Esposo Jesús en el cielo, en el sagrario, en algún paso o episodio de su vida, pasión y muerte,· u otro lugar cuando se m,e presente, o en la parte superior de mi alma ; y pasar mi vida con El ocupada én amarle e imitarle en todo lo que su Ma– jestad quiere que me ocupe, y, los ratos que me deje libre, en procu– rarle todo el agrac;l.o y complacencias posibles, siendo .de· éstas la primera adorarle en espíritu, amarle y glorificarle en todos los sa– grai;ios del mundo donde se halla Sacramentado : en los corazones de todos los fieles que le reciben en su pecho, y en todos los altares donde se of,rece y sacrifica por mi amor en la Santa Misa,. ofrecién– dome con El al Padre para los mismos fines que su Divina Majestad se ofrece, Segunda.: velar cual hija y esposa fiel los intereses de sµ gloria en la salvación de las almas, rogando constantemente a su Majestad por ellas, por las que están en pecadq para que se convier– tan, y por las que están en gracia para que sean cada vez más santas, ofreciéndome por todas en calidad de víctima en satisfacción de st1s culpas y de holocausto impetratorio para impetrar y obtener para ellas todas las gracias que. Dios Padre depositó en sus divinas manos para los hombres y que, no pudiendo contener en ellas, desea su Majestad derramar con profusión en las almas dispuestas a recibir– las. Tercera; permanecer siempre en su presencia a manera de cen– tinela para que nadie le ofenda,· haciendo que recaigan en mí todos, los desprecios y afrentas qu~ le. infieren los hombres en la tierra y los

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz