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:_34 CORRESPONDENCIA DE LA M. ÁNGELES CON EL P. MARIANO todavía en este estado de sufrimiento que no ·me permite admitir con– suelo alguno, porqué no estoy en posesión de Dios, he. mejor<¡1-do mu– cho en paz y tranquilidad desde el día que me confesé con V. R., en cuyo día parece me quitó todas las responsabilidades que tenía ante Dios, de tal manera que acordarme de V. R. y sentir un descanso pleno, absoluto de n1i alma, todo es un.a misma cosa ; y aunque me molesta la vista de mis iniquidades, produce sentimiento, causa horror, y todo lo que se 'quieta, no me intranquiliza ni me mueve a pedfr perdón al Señor, aun.que sí a detestarlo como a un vestido viejo que .aborrezco mucho, y del cual quiero y espero despojarme, mejor dicho, que Dios Nuestro Señor me despojará por medio de V. R., pues no quiere des– pojarme por sí ~ismo, ni permite que yo me despoje. Yo así lo en– tiendo. Yo así creo. En este sentir estoy . 10.-Vamos ahora a contestar a su carta. Me dice, Padre mío, que al considerar la terrible responsabilidad qué ha tomado sobre sí, etc., nb puede manos de querer revocar su· ofredmiento a ser mi guía. Mo– tivos tiene y muchós para no cumplir sus promesas a esta infame criat1.1ra éi día 1 .º, 2.º y 3.º del actual; no porque no sabe h<1;blar y es un ni:ño, como V. R. dice, que, ¡mnque esto fuera verdad, Dios me ha hecho la gracia de conocerme un poquito a mí misma y por consiguiente de respetar a toda criatura humana juzgándome inferior a todas, por lo que no me cuesta obedecer a la más. inferior ; a parte de que yo no b1.1sco al hombre sino a Dios y bástame saber que Dios asiste en V: R. para que yo le respete y venere, mire como a Dios, reciba sus enseñanzas y ejecute sus órdenes con el mismo gusto y mayor seguridad que recibo las enseñanzas, y ejecutaría las órdenes dadas por el. misino Dios, y esto, aunque no tuyiera representación ninguna y fuese infinitamente peor de lo que V. R. indica que es; pue1d .en ser mála, nadie me hace ventajas, y en ser vilísima tampoco. Y de esto, Padre mío, le ruego que no me hable más, pues mi respe– tuoso. cariño y veneración hacia el instrumento de mi santificación y .que ocupa para mí el lugar de Dios, no me permite consentir que haga semejantes protestas de humildad: Ya pido a Dios Nuestro Se– ñor y a mi ·excelsa Madre y Señora la Inmaculada Virgen. María todo lo mejor .y más santo para V. R., y basta. Ellos se encargarán de hacerle tan santo como debe ser y quieren que sea. Motivos .tiene, repito, y muchos para querer revocar sus prome-