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32 CORRESPONDENCIA DE LA M. ÁNGELES CON EL P. MARIANO tias, clamando siempre con dolor creciente a Dios y a la San:tísima Virgen qúe me saquen de esta atmósfera del infierno que me envuelve, de ésta niebla oscura de pecado y de peeado imperdonable, de estos dominios del demonio, que esto y no otra cosa me parece que es la región en que yo habito y sin fruto ninguno, es la desgracia más grande que me puede sobrevenir. . Es verdad que aun. en este triste lugar en que me hallo, Dios me asiste y acompaña, me entretiene en mis penas y hace que descanse. mi corazón en el afecto compasivo con que me mira, oye mis quejas . y escucha mis plegarias ; empero, no obtengo ninguna respuesta a mis preguntas relacionadas con el estado de mi alma. Le pregunto si estoy en pecado, y no me contesta; si estoy en gracia, y tampoco ; dónde vivo, dónde estoy, a dónde voy, y tampoco me responde. Pa– reciéndome que estoy en un lugar destinado para habitación y mora– da de las almas infames y traidoras, como la de Judas, destinadas para los suplicios. del infierno y condenadas a llevar. el infierno en sí mismas en los reri1ordimientos de su depravada condencia donde quiera que van ; ruego, clamo, insto y suplico al Señor que, pues demuestra com– padecerse tanto de mí, me libre de este miserable estado ; y no me hace caso. En vista de esto, pareciéndome que su Majestad Divina no quiere librarme de estos trabajos ni sacarme de este miserable estado por– que no merezco, pero que sí desea que haga yo todos los esfuerzos po– sibles para salir (por cuanto el pecado a Dios no ·puedo agradar), ha– go todas las diligencias posibles para salir de este miserable estado y no lo consigo. Todos mis proyectos en orden'ª esto quedan en el aire; mil veces he tratado de animar mi decaído espíritu con la esperanza de que para tal o cual día estaré en gracia de Dios, libre de esta cárcel del • infierno en. que me lía metído mi soberbia, mi 'orgullo, mi falta de co– rrespondel'lcia a la gracia, ·mi infidelidad imperdonable, mi conducta criminal con Dios ; mas todas mis esp.eranzas"t]:uedan frustradas, pues llegado el día señalado por mis ansias de salir de este estado, me en– tuentro en el niismo lugar, donde me perece no•é:x'iste más puerta ni salidas que la de la muerte, por la que seré conducida al 'infierno. 9.-Cansada ya de formar proyectos y de esperanzas en el tristísimo estado en que me vi la última semana santa, después de mucho llorar, de mucho padecer, y de padecer doblemente por parecerme que todas estas angustias eran efecto del mal estado de mi conciencia, de los enor-