BCCCAP00000000000000000000852
CARTA II, 21 JULIO ·1910 31 un funesto resultado, ·preferí sufrir las angusti~s y l,rturas que me ocasionaba mi resistencia a la voluntad de Dios que me exigía some– terme a un Director espiritual, y. privarme de los bienes que el mi'sri10 Dios y su Santísima Madre me prometían si les co.mplacía. en esto, y nada menos que por espacio de dieciséis. años, he ·engañado al co~– fesoí: con mi~. fipgimientos y soberbia, con la malicia tan grande que tengo .para ocultar pecados y de'scubrir virtudes que no tengo,. y hacer . creer que soy lo que no soy. Yo, que amaba la humildad como la niña de mis ojos ent_re · t_odas las virtudes, y tenía mis delicias en ella, porque en ella hallaba siempre a mi Dios, he caído en el abismo de la soberbia, y me veo sumergida en él de suerte 'y manera qu~ me parece imposible poder salir; Y yo, a quien Dios había mostrado la verdad á manera de una deidad en sí mismo, y su propio Ser en ella para que lo amase. y me identjficase con ella, y lo amé y amé hasta la .pasión divina, hasta el punto de que Dios y la Verdad, la .Verdad y Dios venían a ser una misma cosa ; .pues yo, que he hecho. todo esto y mucho más, y tengo· tan gratos recuerdos de los tiempos en que ei Señor me· mostró la ·verdad para qui fuese hija de la Verdad, he caído en el abismo de la mentira, de la hipocresía, de la ficción, y h_e llegado a ser hipócrita,· menürosa, una criatura en quien no se halla nada verdadero fuera de la mentira, de la hipocresía, de la ficción. Y esto en un trato bendecido pbr el mismo Dios, o sea mandado por El que lo tt1viese, cual es mi trato con. el confesor, que tanto había yo repugnado por el temor de caer· en este mismo abismo de soberbia en que me· hallo y porqtte la dirección espiritual, o sea la manifes– tación de mis interioridades al confesor o Director, era para. mí el sacrificio más grande y la cruz más pesada e insoportable que el Se– ñor, me podía imponer; y un imposible, dado rríi carácter y modo de ser. Y después de tanto temer, tanto pedir a Dios que me librase de esta obligación que me imponía, y ·en vista de que no, solicitar con la mejor intención y con tanta insistencia las gracias necesarias para en mi trato con mi Director portarme como su Majestad Divina me tenía mandado y complacerle en todo ; después de hacer· este sacrifi– cio tan grande, solamente por su amor y por evitar la desgracia de . perderle para siempre, caer eri este abismo de soberbia, de hipocresía y de mentira que yo tanto temía y donde ine hallo sumergida tres o cuatro años ha, sufriendo penas sobre .penas, angustias sobre angus-
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz