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CARTA n, 21 JULIO 1910 21 en vista de lo que me dice de ser éste el último esfuerzo que Jesús hace para conquistar mi corazón, etc., etc. Ya estoy dispuesta a responder a su divino llamamiento. No quie– ro resistit más. Mas, ¿, podre yo, criatura infame y tan criminal para con Jesús, tan rebelde á su voluntad, habituada a resistir a los im– pulsos más fuertes y eficaces de la gracia a costa de Ü1decibles amar– guras y tormentos del alma y a despreciar e inutilizar los más prn– cfosos dones que la bondad de Dios derrama en las almas que mucho q:uiere ; podré yo, repito, prometerme la gracia dé. una verdadera c;onversión a Dios y de perseverancia y fidelidad en el estado en que el Señor me coloque'? He comenzado tantas veces, Padre mío, y tan de veras, al pare-. cer, a responder a los designios de Dios en mi alma sin obtener. otro resultado que redoblar el enorme peso de beneficios y pecados que me agobia y acrecentar mis temores y remordimientos, que, a no tener la esperanza que tengo de que V. R. me animará y sostendrá .y hará que llegue al firi de mi destino, desconfiaría del éxito feliz de mi empresa en la nueva vida que comienzo, y desistiría. de mi intento. ¡ Y qtié triste estoy, Padre, a pesar de la paz y tranquilidad que sienfo en el fondo del alma, hija de la confianza y seguridad ,que radica en la misma, de que V. R. me librará de tantos males como tiempo ha vengo padeciendo, colocándome· en camino seguro y agra– dable a Dios ! 2.-En los santos Ejercicios no he podido seguir f-1 plan de los n1ismos ni atender a pláticas y lecturas, ni nada, Y siendo el Direc– tor de ellos un Padre que yo tanto amo y ~enero en Dios y que otras veces me inspiraba tanta devoción, este año no ha sido capaz de sugerirme ni un buen pensamiento, ni con sus pláticas en el locu– torio ni eón sus exhortaciones en el confesonario (1). Me parecía que Dios Nuestro· Señor se había alejado de él a distandns infinitas. ¡ Tal era el vacío que experimentaba mi alma en su presencia! En vista de esto iba ya a abandonarme á la tristeza y desconsuelo, atri– buyendO a mis culpas estos efecto.s tan raros, cuando Dios Nuestro (r) Dirigía estos Ejercicios el Deán de la Catedral, Dr. D. J osi Hospital Frago,. que había siclo su Director espiritual los años anteriores, es decir, efecti– vamente desde 1905 hasta octubre de 1907, y nominalmente hasta ju.Jio de r9ro. Cf. P. MELCHOR. DE POBLADURA, Una Flor siempreviva, p. 52.
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