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CARTA I, 7 JULIO Igro 17 .efectos del estado de. condenación en .que se halla mi pobre alma, siempre sufriendo, sufriendo siempre, cada v;ez de .una manera y siempre por la misma causa; porque estoy en.pecado, en desgracia de Dios, por lo que permite Dios que padezca tanto, sin duda para q1.1e procure salir de este triste 'y miserable estado por medio de una dolorosa confesión general. 7.-'-Estando así, Dios Nuestro Señor (digo yo que sería Dios, aunque no lo sé) me hizo entrever la dicha que me ésperaba después de este períoilo de sufrimientos, que vengo. experimentando tanto tiempo ha; y al punto quedó. mi alma tranquila, y serena, en dulce calma y experimentando a ratos grandes ímpetus de alegría, libre del ptofundo lago de miserias en que parecía .hallarse poco a:rttes su– mergida para siempre, y esperando con esperanza firme la venida del gran Dios, que en el día y hora. determina.do por su providencia ven– drá a dar glorioso fin a todos mis trabajos y miserias. Desde este momento goza mi alma de paz y tranquilidad, aunque no de mucho consuelo, pues aunque confío con esperanza firme, firmísima, que Dios Nuestro Señor me concederá !'a gracia de unirme a El en la forma que deseo, este «rrie concederá)) y no el «me ha concedido)), aflige mi. alma y obliga a mi corazón a cerr3¡r todas las puertas a la consola– ción, aun espiritual y divina, mientras no pueda decir con verdad : Dios es mío, yo soy de Dios, lo sé ciertamente, porque lo poseo. 8.-Aunque me señaló V. R. el día final de los Ejercicios (1) para escribi-rle, me ha 'parecido conveniente hacerlo hoy para darle cuenta de lo referido, pues me interesa mucho que lo sepa para que me libre del mal estado de conciencia en que me pareció estar, y todavía no estoy libre de creer que lo estoy, si es que es verdad ; y si no lo es, para que me libre de estos fantásticos remordimientos de conciencia, que tanto me afligen e impiden tal vez de amar y servir a Dios y pedir por la salvación de las almas. Ruegue mucho por mí, aunque ahora no me hallo tan atribulada, pues deseo sufrir más. De salud estoy bien ; me alegraré que goce de igual benefició. '1) Los Eíerdcios Espirituales de la Comunidad, predicados por el confesor ordinario Dr. D.. José Hospital Frago, Deán de la Catedral, habían empezado el día 4 de julio.

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