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96 CORRESPONDENCIA DE LA l\I. ÁN(}ELES CON EL P. MARIANO hieran dado todas las almas que se han condenado, se condenan y se condenarán hasta el fin del mundo,. si respondiendo a los designios de Dios en su creación se salvaran:. Siento un odio y aborrecimi.rnto muy grande al demonio y demonios, a quienes quisiera quitar todas las almas que tienen en su. poder en el mundo. y en el infierno, y me quejo a Dios ~ uestro Señor de estos malignos espíritus, sobre todo de Lucifer porque se sale con la suya, o sea con su intent_o de quitar , a Jesús, si no todas, la inmen.sa mayoría de las almas creadas por El y para El y constituir de ellas un reino para reinar y vivir entro– nizado como otro Jesucristo. Ruego, insto y suplico a ·Dios Padre que mire por la causa de su Unigénito y que tenga baldío su poder, sino que lo emplee en destruir. el reinado de satanás y establecer el de Jesucristo, ya. que en el infierno no puede ser, tan siquiera en el mundo, comenzando por mi patria, quitando a Lucifer todas las almas que tiene bajo su imperio, pues tanto han cost~do y tan gran sen– timiento produce y ocasiona su pérdida a su Qivino Hijo. 4.-Para conseguir esto he ofrecido a su Majestad con todas veras mi salud, mi crédito y mi vida,. y si es necesario, hasta la salvación de mi alma, conforme y dispuesta a vivir eternamente privada de su vista y presencia sufriendo todos los tormentos del infierno, con tal que Jesucristo mi Dios triunfe de satanás, quite a éste infame posee– dor las almas que ha arrebatado de sus marios y reine en el cielo y , en la tierra como único Dueño y Soberano de todos ; mas no en peca– do, sino en gracia, pues no qui.ero de ninguna manera ser esclava de satapás ni en el infierno, sino que quieró. ser lo que dejo indicado, esto es, un azote, cuya sola vista le convierta en· amargura y t_ormen– to .todas las alegrías y satisfacciones que se ha procurado a sí mismo en los estragos, causados en el género humano, que· tanto aborrece• en, y por la Divina Persona del Verbo Humanado, objeto principal . de su odio y envidia. · No óbstante el temor que siempre he 'tenido a las tentaciones, por el conocimiento .de mi fragilidad y peligro de caer en ellas, también me he ofrecido (y con sumo gusto y muy contenta, contando con la gracia y protección de mi Dios) a padecer todas las tentaciones que el demonio y demonios inventan, sugieren e intentan ;ugerir a todos los pecadores del mundo, si es ésta· la voluntad de Dios ; y suplico a todos los Angeles Custodios, que siempre que estos malignos espí-