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CARTA VI, l SEPTIEMBRE. 1910 91 sufrir mucho para desagraviar de este modo a mi Dios, mejor dicho, satisfacer mis culpas, pues Dios Nuestro. Señor ya me ha perdon~do y entiendo que no está enojado conmigo. Mas esto no me satisface del todo por la intranquilidad o duda en que vivo de si ofenderé o no al Señor con sustraerme a sus gracias y bondades, cuya duda o in– tranquilidad acrecienta en mí una insinuación de cierto espíritu que me dice: «No quieras aguardar a ser santa e inocente, .como Dios te quiere, para ir al mismo Dios, pues eso y no santificarte nunca será todo uno ; .querer dejar de ser pecadora antes de ir a Dios, lo que no conseguirás si no en El, esto es, después que, limpia o sucia como estés, te arrojes en El y comiences a r<::sponder a sus designios, a sus llamamientos, a sus finezas contigo, a su amor, que es la manera de hacerte santa». Como veo que me va saliendo verdad lo que me in– sinúa este espíritu que acabo de indicar, en. los años que hace ya que ando huyendo de Dios empeñada en no ir a El mientras no vea en · mejor estado mi alma, he llegado a pensar si será Dios quien me indica esto y le ofenderé en huir de El. ¿ Qué debo hacer, Padre mío? Vuestra Reverencia conoce mejor que yo lo que Dios quiere y exige de mí y deseo me manifieste y obligue a cumplir en todo su divina voluntad. El estado que más me complace, y al que me siento· más inclinada al presente de todos los que he indicado, es el en que seguí paso a paso a Jesucristo mi .Dios en todos los misterios y episodios de su vida, pasión y muerte. 9.-U na pregunta última y con ella termino. ¿ Le parece, Padre, a V. R. que cumpliré yo con mi deber ~l.e traducirle toda mi alma sin dejar parte alguna de ella sin descubrir, lo mismo bueno que malo (y de esto tengo mucho), en la forma que .el Señor quiere y me exige que lo haga? ¡ Me fatiga tanto la idea y el temor de que no lo haré, sino que me portaré con V. R. ;Jo mismo que con los D irec– tores anteriores !, que por esto pregunto. Yo querer sí que lo quiero, ·y también estoy resuelta a vencer todos los obstáculos que se me pre- senten, pero no sé si cumpliré mi propósito, y alguna que otra· vez también temo si me abandonará V. R., pues yo merezco eso y mu– cho más. Durante este· mes de septiembre haga la caridad de pedir a Jesús en el santo sacrificio' de la Misa, y otro momento que pueda a Nuestra ITINERARIO MISTICO 8

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