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, 88 Ct)RRESPOl'JDENCIA DE LA :.\I .. i\NGELl~S '{~O:N' EL P. l\IARIANO estados anteriores he dicho. Este estado fué sustituído por otro, en el cual Dios Trino y U no, Jesucristo Nuestro Sefior y en :f:l todo un Dios, se me presentaba co1110 un Dios de fuego (1), un Dios de amor, en una regron sublime, clarísima de luz, ·que parecía un cielo distinto 'del empíreo, que parecía estar situado en lugar muy emi– nente y fuera de mí, pero entendía y entiendo que existía dentro de mí propia alma. Esta visión repetida muchísimas veces producía en mi alma un sufrimiento tal, que parecía que iba a morir, a la vez que un gozo inexplicable_. Lo mismo era presentárseme Dios, que ver en :f:1 en conjunto y con una simple vista la grandeza de su amor a los hombres y todas sus finezas conmigo, y sentirme herida en lo más íntimo del alma por una mano invisible que yo no veía, pero experi~ mentaba los mismos efectos que si me atravesaran el alma de parte a parte con una espada. De este estado me quedaron también en há– bito las luces recibidas en él, y un poder hallar a Dios en el mismo lugar, que entiendo ser la parte superior del alma, siempre que re– curro á El ; pero no en la misma forma, ni experimentando los mismos efectos, sino en la forma que el mismo Sefior quiere mostrarse a mí. A este estado se siguió otro, en el cual no podía yo· vivir sino viendo a Dios, a Jesucristo Nuestro Sefior (que continuaba mostrándoseme siempre como un Dios de amor) amado y glorificado lo sumo posible, pues de lo contrario era tal mi sufrimiento que parecía iba a morir. Este estado fué como una cadena ele continuos favores y de visitas de Dios, y de Jesucristo Dios y Hombre verdadero en estado glorio– so, a quien parecía ver ocupar con su grandeza todo el mundo y verle en todas partes dentro y fuera de la Divinidad, o sea del seno del Padre, en la forma que no lo puedo explicar. De este estado_ también me quedaron en hábito las luces y alguna faci.lidad de hallar a Jesús en la q1isma forma (me parece, aunque no lo puedo afirmar por cuanto no he hecho uso de esta facultad). · A este estado se siguieron mros que no puedo referir ni casi sé expli– carlos, pues·no sé cómo ni clóndtt vivía en aquel tiempo. El último con- (i) «A fines de enero de i906, Dios Nuestro Señor empezó a comunicarse a mi alma de un modo para mí desconocido... Presentábase a mi alma como Dios amor, Dios fuego y amante del gbnero humano, actuado en amar a los hombres y a mi alma pecadora desde la eternidad con amor infinito, tiernísimo, paternal.,, Jlutobiografía, p. 293.
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