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CARTA VI, I SEPTIEMBRE 1910 A este estado se siguieron otros dos : primero, el de la presencia de Jesús en un estado de gloria en el cielo, de cuyo estado pasados tres o ,cuatro meses salí haciendo un gran esfuerzo llevada de mi de– seo de padecer (pues allí todo era gloria) y de acompafíar a Jesús en el Sagrario, pues no podía (1). El segundo estado fué un vivir vida de Sacramento en unión de los Angeles que hacen la corte a Jesús en nuestro Sagrario (2). A este estado se. siguió otro que no sé cómó explicar ; consistía en un vivir en un mundo poblado de Angeles con Dios y la Sma. Virgen. En este estado me hallaba cuando me con– fiaron el cargo de Abadesa y estuve ~on alguna variación hasta el segundo afio de dicho cargo (3). A e.ste estado y estados de alma, en los que vivía gozando mu~hísimo, se siguió µno de rnucho sufrimien– to, que consistió en un mostrárseme Dios, este Dios Trino y U no de cuya presencia gozaba yo donde quiera que, estaba, y Jesucristo Nues– tro Redentor en cuya gloria y bienaventuranza encontraba yo todas· mis delicias en forma paciente, sufriendo, mejor .dicho, triste, ·muy triste y privado de la gloria accidental que tiene derecho a exigir y desea recibir de los hombres, a causa de los pecados y falta de corres– pondencia de éstos, en lo que consistía el sufrimiento de Dios que me mustraba serle muy sensible (4); Esta visión de Dios en _forma pa– ciente, mostrada a mi alma de muchas y diversas maneras por espa– cio de dos meses poco más, desterró de mí toda idea de consuelo, por cuanto nunca supe consolarme si ·no en ver a mi Dios contento, hon– rado, feliz. De este estado. me quedaron en hábito las luces que re– cibí, mas no la facultad de volv~r a él y de hallar al Señor en la misma forma o formas (pues vi a mi Sefior Jesucristo en varios ·episodios de su vida, incluso en el misterio de la Encarnación; sufriendo como si los pecados comet.idos actualmente en ~l mundo le hicieran sufrir una vida de pasión constante desde el pesebre hasta la cruz), COtl:1;0 de los (r) Según coinfesíón propia, fué a partir de 1900 cuando· empezó .¡¡. vivir de la vida de Jesús Sacramentado. Autobiografia, p. 191 y sigs. (2) Soin maravillosas las pí1ginas que a esta mnteria consagra en su Autabio- grafía, p. 192-199. • • . (3) Fué elegida Abadesa de la Comunidad ,el 21 de febrero de 1904, cargo que desempeñó, como es sabido, hasta su muerte. Cf. Autobiografía, p. 256. {4) ccA mediados de noviembre de 1905, Dios Nuestro Señor, o sea el Ser divino, cuy:él presencia sentía de un modo evidente en todo lugar, y que se mos– traba como Dios de bondad infinita, glorioso, a,negado en su propia gloria y feli– cidad, empez.6- a presentarse ·a mi alma en forma paciente, como quien está: triste y penando.» Autobiografía, p. 288.
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