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86 CORRE.SPONDENCIA DE LA M. i\NGELES CON EL P. MARIANO sí que lo hago. Pues lo mismo me ocurre con todas las cosas. Peseo, pues, mi amadísimo Padre, que consulte con Dios Nuestro Señor y vea si es o no verdad lo que le he insin1;1ado acerca de sus designios en mí, y si ha cambiado o no su decreto. Yo me encargo de pedir a sú Majestad le manifieste su divina voluntad, y V. R. tenga la bon– dad de ponerme en conocimiento de la misma y obligarme a cum– plirla; cualquiera que sea. 7 .-Tengo también otra duda o re171ordimiento de conciencia, y . es lo siguiente. Después de v.arios estados de alma, que no es posible referir en una carta, el año 'segundo o entrada en el tercero de mi vida religiosa, me colocó el Señor en un estado habitual de presencia del Ser Divino presente en todo lugar y a fa vez en un lugar sublime muy elevado situado en el mismo Dios, que está en contacto conmigo donde quiera que estoy el'f la forma que no lo puedo expresar en una carta (r). En virtud de los favores· recibidos de Dios en este .estado, que duró años, perdí lé.l fe ; y digo que perdí la fe por cuanto tengo evidencia y sé por experiencia que Dios existe en mí y conmigo y en tododugar. Las luces y alg~mos favores reéibidos en aquel estado me· quedaron como en hábito y hasta la facultad de hallar a Dios en· la misma forma siempre que recurro a f:I, exceptuando alguna que otra vez que me he visto privada o desposeída de esta facult.ad. A este estado se siguió otro de la presencia de Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, pero dejándome entrever siempre su personalidad divina y en :Él al Padre y al Espíritu Santo, y muchas cosas que sería largo referir. Por espacio de siete u ocho años ·que duró este estado, me condujo su Majestad Divina paso a paso desde el· seno de María donde encarnó y portal de Belén en que nacjó hasta el sepulcro y hasta el cielo donde reina glorioso a la diestra del Padre. De muchas luces y favores recibidos en aquel estado me ha quedado también un como hábito y la misma facultad de hallarle en la misma forma siempre que recurra a: :Él, con la {mica diferencia que desde hace tres o cuatro años al conducirme paso a paso por todos los misterios de su vida no me ha obligado a imitarle en ciertas austeridades a que antes me obligaba, exceptuando alguna que otra vez, y aho.ra parece que co– mienza a obliga1:me de nuevo. (1) Parece 'referirse a. los efectos causados en su alma por la eritrega de Dios, que t1wó lugar el 25 de septiembre de 1894. A:Yctobiogr(ij{a, p. 108.
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