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78 CORRESPONDENCIA DE LA M. .'\NGELES CON EL P. MARIANO tratar con Dios. Ya .sabía yo que no estaba en pecado mortal ni mu– cho menos ; pero me intranquiliza tanto cualquier cosita y me repug– na tanto presentarme delante de la santidad infinita .dé Dios con la conciencia intranquila, que me es imposible aproximarme a Dios ; y por esto procuré alejarme de El. Si le hubiera mandado la carta, en el momento que V. R. se hubiese enterado de ella hubiera quedado yo tranquila con una simple bendicion que ,me hubiera dado desde ahí, porque soy así y me basta que V. R, sepa lo que me pasa para descansar y quedar tranquila; pero como no lo hice, desde el <;lía que la escribí hasta el domingo 28 lo he pasado muy mal. Obligada a vivir con Dios en la región en que vivo, he permanecido en su pre– seµcia a modo de una nifia que obligada a permanecer en compafiía de su padre e .invitada por éste una y mil veces a que le contemple y hable, estuviese en su presencia con los ojos cerrados por no verle, tapados los oídos para no oírle y empeñada en hablar con él por me– dio de otra persona que estuviese fuera de la habitación, donde am– bos están encerrados, por no hablar directamente con él. He aquí lo que he hecho yo en estos días, y todavía no se me ha quitado del todo el retraimiento, desconfianza, repugnancia o no sé qué que me im– pide ir a mi Dios y responder a sus ~morosas invitaciones con la pres– teza, gusto y entusiasmo que debiera, aunque ya he confesado todas las faltas que me intranquilizaban. Me parece que ya le dije la últitna vez que estuvo en ·ésta que en cometiendo una falta, que me remuerde mucho la conciencia, aunque sepa que no es pecado grave, huyo de Dios y no vuelvo a El no sien– do que el mismo Dios me obligue y me obligue de suerte y manera que me sea imposible resistir, pues de lo contrario no voy, aunque me invite mil y mil veces, a cuyas invitaciones no respondo sino con una sú.plica, un ruego, pidiendo que me castigue y haga sufrir las penas debidas a la falta o faltas cometidas para poder entregarme a El con tranquilidad. Y o no sé si esto será soberbia, ni sé si ofendo o no al Sefior ; lo que sé de cierto es que, estando intranquila de con.:. ciencia, no quiero presentarme delante de Dios ni tratar con El sino de lejos, a no ser que me obligue la obediencia. · 2 .-Me han dicho que en virtud de un decreto reciente de la Sa– grada. Congregación de Regulares (me parece) las que han sido Aba– desas o Superioras no pueden ejercer ningún cargo de jurisdicción

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