BCCCAP00000000000000000000852

CARTA V, 24 AGOSTO 1910 73 (si es que contesté), o dejar a él en la idea de que conservo en mi poder dichas cart_as, aun cuando no le haya contestado, me ha cau– sado una grande íntranqtiílidad de conciencia, por lo qut; .me creo en deber de decírselo a V. R. para que me absuelva de este pecado (si puede) y, caso que no, le diré al Padre que las he inutilizado, en cuyo caso tendré que decirle que he entregado a las llamas no sola– mente esas dos cartas, sí que .también todas las que me ha escrito, pues no conservo ni una más : los• cuadernos que tenía en mi poder y escribí por orden suya el año 1905, pues en cuanto le diga que he quemado las citadas cartas, comprenderá que mi inclinación a que– mar escritos no quedó satisfecha sin entregar a las Ílamas todos los que conservaba en mi poder, lo que no dudo le ocasionará un gran disgusto ; disgusto que, a ·ser posible, quisiera _evitarlo m_i cariño filial. :Mas ante todo,. cúmplase la voluntad de Dios. 6.~El Padre vino a ésta el 14 del actual. Me confesé, y hecha la acusación de las faltas, me dijo : ccTienes otra falta que tú no cono– ces y de la que quiero te acuses y hagas materia de confesión en todas tus confesiones. Es la desobediencia a mis órdenes, mandatos respecto de escribir lo que te tengo ordenado, siempre que faltes a ellos)). Continuó después.reprendiéndome porque no había escrito míen~ tras estuvo ausente, y me mandó que arrepentida me acusase de ello. Le contesté yo : ccSi mé manda, me acusaré, pero no estoy arrepen– tida, porque no me remuerde la conciencia)). Me hizo varias pregun– tas acerca del motivo .de mi desobediencia y tranquilidad, a las que contesté diciendo que no podía, y me callé. El se conmovió profun– damente y me despidió sin decirme escribe o deja de escribir. Otro día, después de confesar, me dijo que me fuese al locutorio. Allí me dió noticia de ·cómo iba a presidir la elección de Abadesa a Santa Isabel, y con este motivo y la repugnancia y temor que yo he tenido y tengo a que venga él a hacer la visita y presidir la elección de Abadesa a nuestra Comunidad, me dirigió u~a plática tachándo– me si no de culpa a lo menos de inperfección mi falta d_e indiferen– cia respecto del cargo de Abadesa, por lo que no quiero que venga él. Como me hallo yo en un estado de inflexibilidad, o no sé qué, resp~cto del Padre .de tal manera que no sólo no me aprovecha lo que me dice sino que apenas le escucho, pues me distraigo, tuv,: mucho remordimiento del tiempo pasado con él en el locutorio, donde

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz