BCCCAP00000000000000000000804

Segundo domingo «Yo, Juan, vuestro hermano y compañero en la tribulación, en el reino y en la esperanza en Jesús ... » (Apoc. 1,9). COMPAI\IERO Y HERMANO Parece el SOS de un hombre que se hunde y que pide ayuda con toda el alma a un camarada. Parece el grito de dolor y esperanza en medio del amor de la vida. Es el saludo de un desterrado, del apóstol Juan, que dice en su Apocalipsis: «Yo, Juan, vuestro hermano y compañero en la tribulación, en el reino y en la esperanza en Jesús, estaba desterrado en la Isla de Patmos, por haber predicado la palabra de Dios y haber dado testimonio de Jesús.» No hay mejor credencial ante los hombres que sufren que el sufrimiento. No hay mejor rúbrica de un mensaje que el sufrir por él. Cuando sufrimos en propia carne por la palabra que nuestros labios han lanzado al aire, esa palabra no la borra el viento. Juan es compañero y hermano en la tribulación y en la espe– ranza. Cualquier hombre que quiera hacer bien a los hombres debe ser su compañero, también en la tribulación y en la esperanza. Porque el dolor y la esperanza son el hilo que forma el entra– mado de la vida. Porque vivir es sufrir, ya lo sabemos. Casi resulta cursi decir que la vida es un paréntesis entre dos lágrimas. Pero es la verdad. Porque una lágrima anuncia el nacimiento de una nueva vida, y 48

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz