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CAPITULO VIII HIMENEO Son dignas de anotarse algunas particulares del matri– monio de los guajiros, el cual, como ya dije, lo celebran sin ninguna ceremonia religiosa. La edad ·para el matrimonio, respecto de las muchachas, es al llegar a la pubertad y después del tradicional "blan– queo"; mas con relación a los jóvenes, acostumbran casarse cuando están ya bien desarrollados y pueden ganarse la vida por su cuenta, cosa que ocurre entre los 17 y 19 años. No es difícil, sin embargo, encontrarse uno c,on indios de edad avan-• zada y ya decrépitos, casados con guajiras jóvenes y bellas; como igualmente no es raro ver una vieja apergaminada y nada graciosa, unida en matrimonio con un gallardo juven guajiro. La boda se celebra con la compra-venta de la mujer; luego entra ésta a formar parte de la familia del marido y rara vez viceversa, contentándose mucho los familiares del novio, por– que cuentan con una mujer más para las labores de la casa. Entre los cónyuges existe la división del trabajo: el ma– rido se dedica a las faenas del campo, talar, sembrar, deshier– bar, recolectar los frutos y también el pastoreo del ganado y cuido de animales; a la mujer corresponden t odas las tareas domésticas, esto es: criar y educar a los hijos, cargar el agua, buscar la leña, moler el maíz, cocinar, lavar, coser y asear el rancho. - 75 -
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