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bre y apellido de la persona para quien se dest ina. También emplean estas bolsas, colgándolas del techo , para guardar ropa a fin de librarla de la polilla y comején, y preservar los co– mestibles de la plaga y las hormigas. El algodón lo compran ordinaria– mente en Maicao, Uribia y Puerto Ló– pez , p.::biaciones fundadas de pocos años acá en el lado de Colombia y fron– terizas con la Guajira venezolana. En éstas 8xisten buenos comercios, sobr e todo en Uribia, capital de la Guajira colombiana, que t iene aspiraciones de ciudad y quiere dejar atrás a Rioha– cha, vetusta ciudad de la Colonia, que queda muy a trasmano. En Guarero. La vieja María hilando algodón. Los indígenas colombianos traen a vender sus animales in ·rrrereafflY'-d'e"' BeJS•Filudos: por las mejores vías de comunica– ción que tienen para el lado de Venezuela, por el beneficio que les proporciona el cambio de moneda y además por la se– guridad de vender cualesquiera clase de animales y artefac– tos que traigan , de los que se abastece la gran ciudad de Ma– racaibo. Guayucos.-Son también de algodón y consisten en una bolsa capaz de contener los órganos genitales. Los usan sólo los indios pobres, que los sujetan a la cintura con una especie de cinto hecho de algodón. Esto nos recuerda el usado por algunos indios del Orinoco, los Taparitas, así llamados por usar un guayuco de tapara o taparita. - 46 -

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