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de Cesarita, las fotografías del Colegio de El Pardo. _¿Han sacado muchas? -preguntó Ángel-. _Las suficientes para que mi padre dé unas cuantas conferencias sobre dicho colegio. _Si así es, D. José, como dice Cesarita; puede usted comenzar, porque Dña. Consuelo y yo estamos dispuestos a escucharle horas seguidas. _No es para tanto, Ángel. Replicó D. José sonriéndose; y le mostró una foto: _¿Conoces a este, Ángel?. _¡Oh!.¡Si es él!.¡Celestino ya en el colegio ¡bueno!, D. José, le voy a suplicar una cosa... _¡Jé, jé! que te dé esta fotografía;¿verdad?. _Eso mismo. _Bueno, tenla, que para nosotros aún hay más. _Gracias. -Dijo Ángel recibiéndola alegremente; y siguió contemplándola un gran rato-: Pero mucho más le miraba y le contemplaba Dña. Consuelo. Era la foto de su hijo... de su hijo Celestino escogido por Dios nuestro Señor y por el Inmaculado Corazón de María para ser sacerdote y misionero... ; ¡se lo había pedido tanto!. .. Y, aunque silenciosamente, ahí, en el santuario de su alma bendecía, alababa y daba gracias a la Sma. Trinidad y la Virgen María, e imitando y unida a Ésta "guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón". -Le. 2, 19-. _Deja de contemplarla, Ángel, -dijo D. José-, y mira esta otra foto; es el convento, que está a unos 680 metros sobre el nivel del mar. _Y el pueblo de El Pardo, -añadió Cesarita- a unos 622 metros. -184-