BCCCAP00000000000000000000762
Preguntó uno que frisaba los quince abriles-. _Celestino García Guevara. -Dijo el P. Director-. _¿Estudiará con nosotros? -añadió uno de los mayores-. _No, estudiará solo, porque ha venido a terminar el latín, que es lo único que le falta; lo demás ya lo ha estudiado, y lo sabe igual o mejor que vosotros. Todos se echaron a reir y entre risas y preguntas se pasó todo el recreo alegremente. Después se dirigieron a la capilla donde rezaron algunas oraciones, seguidas del examen de conciencia acostumbrado; terminado éste, fueron a acostarse; siendo acompañado Celestino por el P. Baltasar y el Fr. Primitivo hasta su cama. Al despedirle el P. Baltasar le dijo: _ No te apures si extrañas un poco la cama;- y el Fr. Primitivo afablemente añadió:-. _Si te pasa algo, avisas al hermano, que esté por aquí paseando; y si no, mira ¿ves aquellas cortinas?, pues vas allí, que allí estoy yo. Ahora a dormir. Fr. Primitivo comenzó a pasear; y Celestino, observó que todos se arrodillaban junto a la cama, él hizo lo propio, rezó, después se acostó. Antes de dormirse besó la medalla, que le había regalado su amigo Ángel, oró por él y se quedó dormido. Cinco días habían pasado, cuando D. José y su hija Cesarita regresaron al pueblo. Ángel, enterado de la llegada, marchó presuroso a preguntar por su amigo Celestino. _¡Has llegado a tiempo! -exclamó D. José al verle-. Ahora precisamente voy a enseñar a la madre -183-
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz