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el mucho oro que tiene labrado tan artísticamente y ya ves... voy abrazar no una vida cualquiera, sino la Capuchina: y como sabes los Capuchinos siguen a S. Francisco de Asís en su ideal del Evangelio y unión con Cristo pobre y crucificado. _Muy bien te comprendo, amigo mío, Celestino,y ya que me rechazas la pluma ¿no me cogerás la cadenilla que tengo a mi cuello con la medalla de la Virgen del Carmen?. _Eso sí, te lo acepto, Ángel. Este se quitó de su cuello la cadenilla que era de plata y lo mismo la medalla y se la puso a su amigo, quien con la mano derecha la apretó contra su pecho y exclamó: _Medalla bendita del Cármen que has sido testigo de los latidos del corazón de mi amigo, sedlo desde hoy también del mío. Y dirigiéndose a Ángel le dijo:- - Te prometo, Ángel, que no me quitaré esta cadenilla hasta que con el tiempo ella misma se rompa. Conversando dejaremos a los amigos para trasladamos al recibidor donde Dña. Remedios, que había ido con su hijo Jesús a la casa de D. José, discutía con Dña. Consuelo, D. Fermín y su esposa Dña. Meli. Y ahora Dña. Consuelo insinuante y amabilísima se dirige a su íntima amiga: _Mira, Remedios, me extraña que no te convenzas de que Ángel tiene vocación, ¿te crees que, si su vocación fuese falsa, estaría tan empeñado en ser Sacerdote, como lo está, después de haberle hecho la guerra que tú le has hecho?. Estoy convencida de que Dios le llama como ha llamado a mi hijo Celestino; lo único, que tú eres todo corazón y de ahí te viene que te -158-