BCCCAP00000000000000000000758
474 pesar de su convicción interna de haber visto un ser maravilloso, acabó manifestando también al señor párroco que todo había sido mentira, menos el milagro de la forma ... » Está claro que estos días de enero son tremendamente penosos para las videntes: por sus propios sufrimientos internos, por los disgustos y desavenencias que estallan en sus familias, por el confusionismo general. Seguramente por eso de no tener ellas plena responsabilidad en lo que dicen, la Virgen no les retira del todo su favor: «Y la Virgen, des– pués de decir nosotras esto, a los pocos días se nos volvió a aparecer.» Pero el proceso se había puesto ya en marcha y las cosas se compli– carían, interna y externamente. Sigue el Diario, página 62: «Y el padre de Loli, Ceferino, ha mandao venir a una comisión de médicos; se llaman don Alejandro Gasea, don Félix Gallego y don Celes– tino Ortiz. Y esa noche que vinieron, empezaron a preguntarles a María Cruz, a Jacinta y a Loli, y a sus padres 1 5, las cosas de que por qué decían que no veían a la V irgen... Y ellos, no sé lo que decían; lo que sí sé que decían. era que el milagro de la hostia lo había hecho yo, y lo explicaban a su manera; claro, en esos ratos en que no se sabe lo que se dice. Y se dejaron dominar algo por el demonio. Y ellas, desde ese día, no volvieron a tener más apariciones. Y o, sí; esa misma .noche, y hasta el 20 de enero. Después, ya no he vuelto a verla.» Estamos, como puede apreciarse, en un momento importante de Garabandal. Después de tantos meses, tantísimas semanas, de andar como envueltos en la luz, se produce un eclipse total, tal vez definitivo. Y parece que no sin culpa de las niñas y sus familias ... Ahora sí puede:Q volver a la calma: ya no han de ocuparse, ni de lo que con tanta impa– ciencia esperaban, el milagro, ni de lo que tan seguramente tenían, las apariciones. No harán poco, si se dedican a vivir de recuerdos ... * * * ¿En qué fecha precisa se produjo ese corte total de éxtasis y apari– ciones? Para Conchita sí lo sabemos, porque ella misma nos lo ha dicho en su Diario (página 62): el 20 de enero de 1963 fue su último día. Obser– vemos, como dato curioso, que en tal día se celebra la fiesta del mártir San Sebastián, patrono del pueblo y titular de su parroquia. Aquel año fue domingo. Para Jacinta y Loli, sólo sabemos con certeza que fue poco antes, según dice también Conchita en· el mismo lugar. Cotejando unas cartas 15 Don Alejandro Gasea ejercía entonces su profesión en Santander; ahora tiene un puesto importante en la Sanidad provincial de Zaragoza. Don Félix Gallego era médico en Requejada-Polanco, cerca de Torrelavega. Y en cuanto al señor Ortiz, creo que ya le conocemos bien. Hay motivos para pensar que en las respuestas que fueron recogiendo estos· tres médicos se dejó sentir mucho ese «antagonsimo ya antiguo entre las familias de las videntes», que dice don Luis López Retenaga en su informe. Los mayores ataques fueron, como de costumbre, contra Conchita: Unos la mi– raban hostilmente por creerla inspiradora o principal responsable de .todo aquello; otros porque les molestaba su papel de primera figura. ·
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz