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Se fue con prisas a la montaña 469 nunca. ¡El caso es que fuera! -hemos oído a Maximina-, que tenemos miedo de que ya no sea. Todo esto desembocó en la gran crisis de Enero de 1963. * * * Nos encontramos ante uno de los episodios más difíciles y menos esclarecidos de Garabandal. Yo he tratado de ponerlo a buena luz; pero no me ha sido posible, por una doble razón: Por Ia falta de suficientes testimonios o informes escritos. Y por no haber podido investigar sobre el terreno (hablando con las videntes y los vecinos), a consecuencia de la cerrada y malhumorada oposición del obispo Cirarda. Mas si no es posible, por ahora, poner aquello a buena luz, sí podre– mos iluminarlo un poco. En febrero de 1963, m,1.estro ya conocido don Luis López Retenaga hácía una nueva visita a Garabandal, que duró tres días, del 22 al 24. Después redactó _un informe, cuyo destinataLo era el entonces obispo de Santander, monseñor Beitia Aldazábal (la ·.risita al lugar de las apa– riciones se había hecho con su expresa autorización), y en tal informe encontramos algunos datos muy valiosos: «Es la cuarta vez que visito esta aldea montañesa... Cuando mi ante– rior visita, en los meses finales del pasado año, supe de rumores que corrían acerca de la realización, bastante inminente, de un "milagro" anunciado por Loli y Jacinta. No me fue posible en aquellas circuns– tancias comprobar personalmente la autenticidad de tales anuncios ... Pero sé que al entrar el mes de enero del presente año, viendo que la esperanza del milagro anunciado por las dos niñas no cristalizaba en realidad, las ilusiones de muchas personas se vinieron abajo. Tanto los familiares como la mayor parte del pueblo se sintieron entonces defrau– dados y humillados. Sujetos a los .cambios bruscos y las actitudes extremas, características de las masas, aquellas gentes trocaron la admiración que sentían por las niñas, en una actitud de repulsa y desconfianza hacia ellas, convirtiéndolas en objeto continuo de sus murmuraciones. Tal actitud iba dirigida principalmente contra Con– chita, a· quien siempre se la ha considerado como la más responsable, o culpable, de las cuatro... » Estas líneas nos ayudan a entender lo que había en el pueblo al comenzar el año 1963; pero nos gustaría saber cómo se fue gestando tal situación. Y esto es lo que nos dice el señor López Retenaga: «Me refiere Conchita, que regresando ella un día de Cabezón de la Sal 8 , Loli y Jacinta le hablaron de un milagro. que se les había ocurrido, y que consistía en enterrar una imagen de la Virgen, para decir después a la gente, cuando estuvieran en éxtasis: "Cavad ahí y encontraréis una virgen." 8 Villa situada sobre la carretera nacional 634 y el ferrocarril de vía estrecha Santander-Oviedo, en las márgenes del río Saja, no é.emasiado lejos de Garabandal; Conchita tenía allí una tía, hermana de su madre.

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