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458 El día 2 de noviembre, viernes y día de los difuntos, o día de las ánimas, como decían nuestros padres, estaban en Garabandal don Ce– lestino Ortiz, su señora, un hermano de . ésta Jlamado Fernando y el amigo Plácido Ruiloba. En casa de Conchita comentaron que el señor obispo habfa vuelto a Santander. Entonces intervino Conchita: -Me ha dicho la Virgen que el milagro se lo puedo decir al señor obispo, a don Valentín y a mi madre. -¿Se lo has dicho ya al señor obispo? -No... pero ... ¿Se lo quieren llevar ustedes? Los presentes se miraron con cierta indecisión. Al fin dijo Plácido: "Sí, yo se lo bajo, ¿por qué no?" Y efectivamente, al día siguiente, 3 de noviembre, don Plácido Ruiloba se presentaba en el obispado de San– tander con el sobre, bastante abultado, que le había confiado Conchita; quiso dárselo al obispo en propia mano, mas por no esperar demasiado ni molestar, acabó dejándoselo al secretario particular, don Diego, para que él se lo pasara. Unos veinte días más tarde, volvieron a subir don Celestino Ortiz y don Plácido Ruiloba; en la noche del 24 al 25 hubo varios éxtasis, que el señor Ruiloba recogió en su magnetófono. En el último de Conchita, a las siete de la madrugada, había cosas sobre el milagro, que luego confirmó la niña en estado normal: Que el milagro sería a las 8,30 de la tarde, como la primera aparición. Que tendría la duración de un cuarto de hora. Que se vería en el cielo, y tan claro, que no habría duda de que venía de Dios. Que sanarían los enfermos que subieran ese día con fe 15 • «Hoy mismo ha llegado la noticia de que se lea en todas las iglesias de esta diócesis, que no venga ningún sacerdote ni religioso al pueblo; un relatb puesto por el señor obispo de que esto no es cierto. »Y fíjese qué coincidencia, que tal como hoy escribió el señor obispo y tal como mañana dijeron Jacinta y Loli que iba a venir el milagro muy pronto. Y ellas no sabían que el obispo había dado ya esa orden; Jacinta hacía más de un mes que no tenía aparición, y eso del milagro no se le había dicho más que a Con– chita.. . Dicen que va a ser muy pronto, que seguro dicen el día: ¡a ver si no me da tiempo para avisaros! Yo, según me entere, os lo digo ... ¡Qué falta hacía que viéramos todos el milagro bien claro!. .. La madre de Loli dice .que a ella se Je hace que va a ser durante esto del Concilio. No sé si será que se lo ha oído a Loli.. .» Doce días más tarde, 22 de octubre, la misma Maximina escribe en · otra carta: «Bueno, Asunción: en las apariciones todo sigue igual. Ahora te voy a decir (pero tú no digas nada) Jo que me dijo Conchita; me dijo que el Milagro de Loli Y Jacinta que iba a ser muy pronto; para ver este milagro hay que ver también a las niñas; pero el Milagro de Conchita es distinto: va a ser muy grande, y todo el que esté aquí Jo verá, aunque no la vea a ella... Las otras dos ·me dijeron que el suyo a lo mejor no tardaba ya ni un mes... » 15 He visto nueva confirmación de todo esto en una carta de Maximina, 25 de noviembre, a la familia Pifarré: «Hoy, a las 7 y media de la mañana, tuvo Conchita aparición, y le dijo la Virgen que será el Milagro a las 8 y media de la tarde, y que sanarán los enfermos, y que veríamos el Milagro todos los que estemos en el' pueblo..., aunque estemos por las afueras, siendo que estemos a la vista del pueblo, porque el Milagro de Conchita, como ya te he dicho, se verá en el cielo... »Hemos estado nevados, y ¡si vieras cómo andaban de rodillas las niñas por la cuesta de los Pinos, para atrás, por todos los escajos y por toda la nieve~ Daba pena verlas; y, además, granizaba mucho y con viento: un frío terrible.»

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