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EUSEBIO GARCIA DE PESQUERA ción. Dios 110 da el ser y la vida, para que perezcan bien pronto en la destrucción o la muerte: «Amas, Señor, a todos los seres, y nada odias de cuanto has hecho; de tener aborrecimiento por algo, no lo hubieras creado» (Sb. 11, 24). «No fue Dios, quien hizo la muerte, ni se recrea en Za destrucción de los vivientes: El todo lo creó para que subsistiera. Las criaturas del mundo son de suyo saludables, sin que haya en ellas veneno de muerte ... »Y al hombre, Dios le hizo para incorrupción, como creado a imagen de su mismo ser; sólo por envidia del diablo entró la muerte en el mundo, y van cayendo en ella quienes de algún modo le han pertenecido» (Sb. 1, 13-15; 2, 23-24). Una gran verdad queda asi hermosamente pro– clamada: de Dios procede la Vida; de su Enemigo, y nuestro, viene la Muerte. Pero la muerte es consecuencia de algo: «La paga del pecado, ahí está: es w; muerte» (Rm. 6, 23). «Por un solo hombre entró el Pecado en el mundo; y por el Pecado, la Muerte,· y la Muerte va alcanzan- - 190 -

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