BCCCAP00000000000000000000753

TEMPORAS DE PRIMAVERA 89 del libro de sus ccconfesionesn estampó conmovido esta sentencia, que había de ser millones de veces repetida en los posteriores .siglos cristianos: FECISTI NOS, DOMINE, AD TE; ET INQUIETUM EST COR NOSTRUM DOfiEC REQUIESCAT IN TE < \ ccNos. has hecho, Señor, para Ti; y nuestro corazón andará siempre inquieto mientras no descanse en Ti.n >>Aquel Aurelio Agustín de Ta.gaste (n. 354, m. 430) es el San Agustín de nuestros ,calendarios cristianos, y de él han r,ecibid.o nombre los Padres de ese Colegio que conocen muy bien los leoneses.n -Si tuviera la bond.ad de repetir,me esa sentencia, pero en castellano, porque de latín sé como casi todos los que hemos hecho el bachillerato: cuatro palabras, que si las vemos juntas, casi ni con diccionario logra:mos entenderlas. -Nos has hecho, Señor; para Ti; y nuestro coraz6n andará siempre inquieto mientras no descanse en Ti. -,,ce.Nos has hecho, Señor, para Ti ... >> Bien, creo que no se me olvidarán en la vida. Y trataré de saborearlas en más de un rato en que me encuentre sola. J>¿ Sabe? Aunque no me puedo comparar, ni de lejísimos, con San Agustín, me parece que yo también hubiera podido es– cribir con toda verdad eso que dijo tan afortunadamente él. En estos años de atrás •en que yo tanto soñaba, y tanta incomprensión o desengaños iba recibiendo, probé muchas veces que sólo cuan– do rezaba, só~o cuando yo me iba ,a estar sola en la Iglesia o capilla. conocía un poco--a veces bastante-lo que es Ja paz del corazón, el ,alivio de sentir que el alma se me adormecía en un bendito descanso. nDurante mi estancia en Madrid pasé una l:emporada de mu– cho sufrimiento ... Uno de los Directores Generales del Ministe– rio, a cuy,as órdenes trabajaba, se interesaba muchísimo por mí, oomo si fo.era su propia hija ; tenía mil detalles, y hasta me lla– maba m:imosamente «su pequeñan ... Yo, con este natural tan sensible y apasionado que tengo, llegué a quererle con toda la

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz