BCCCAP00000000000000000000753

TEMPORAS DE PRIMAVERA 577 no falta al sacerdote seculltr. Vo:verás, por ejemplo, un día de viaje, de ,cumplir cualquier ministerio que tú no buscaste: vienes fatigado, quizá abatido, bien mojados los pies y el alma no so– brada de calor... ; no encontrarás a la puerta una madre, o una hermana, o una sobrina, que te acoja ,con la mayor solicitud, que te lleve al fuego confortable del hogar, que ,te ponga delant-s: unas estupendas zapatillas, que se interese por lo que te ha p~– sado ... Tú subirás solo a la celda, dejarás el maletín, te quitarás las sandalias mojadas, te las arre,g1arás del mejor modo posible, y, si estás de buena inspiraci6n, tratarás de r,ecordar ,la instruc– ci6n de San Francisco sobre «la perfecta alegría... » ~Pero Dios sabrá pagar cumplidamente todo eso. -Indudablemente, si nos acordamos de hacerlo o aceptarlo por su amor ,(que hasta de esta ,cosa tan fundamer:tal puede uno fácilmente olvidarse). Lo pagará cumplidamente en la otra vida. -Pero aun en ésta: ¿no tiene tambi,én sus compensacione_s y alegrfas ,el sacrHido, el apostolado? -Las tiene, y maravillosas. Sin embargo, por e:ncontrarnos en ,lugar de destierro, en tiempo de prueba, abundan más de lo que uno pensaba las amarguras o decepciones. i,El joven ministro de Cristo que empieza su rninisteri,o lleno de afanes apost61icos, cae fáicilmente en la tentaci6n de soñar o abarcar demasiado: se cree ,capaz de todo, capaz de oonqui~~ far espiritualmente el mundo, casi ,inclinado a pensar que sus antecesores o no tenían muchas ganas de trabajar o no sabían hacer las cosas... ¿ No te fijaste en una escena ce ceQué verde era mi valle>>? Por casualidad, y ,en una sesi6n privada, he visto recientemente esa película. Recuerda: el joven ccPastor)) sale al campo, de paseo con el niño, y deteniéndos,e en medio de bellísimo paisaje, empÍ<eza a evocar su no lejano pasado oon un no sé qué de conmovida tristeza: ,c<Cuando ryo era todavía un muchacho, amiguito mío, nada me parecía imposible ; todo lo encontraba bello y todo a mi alcance. Me sentía capaz de cop.– qui~far el mundo para el bien y la justicia. .. ¿Qui,én podría resis– tir a la fuerza de mi verdad?... Ahora-añadió sonriendo triste– mente-, ahora... las ,cosas han ,cambiado mucho para mí. .. » »Ahora, ahora-te digo yo -también, amigo mío-yo no pue– do mirar ya las cosas tan ilusionadamente como hace aún bien 19

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz