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566 FR. EUSEBIO GARCIA DE PESQUERA que merecen sencillamente .la peor censura moral. Si se quiere~ pruebas, testigos y datos, los presentaré. »Yo no ,quiero dudar de que todo eso haya ocurrido, como dice el señor Presidente, «burlando la vigilancia y el respeto de– bido a la buena sociedad allí reunida)) ; pero sí dudo de que no pueda hacerse más por evitar tales cosas. • ll3. 0 Nosotros no tenemos los bailes de «La Buena Sociedad)) por peores que los otros. mas tampoco estamos convencidos de que sean apreciablemente mejores, ~ a ,esto añadimos que si tan pagados están de pertenecer a «La Buenall por su posici<Sn y educación, más obligados han de sentirse a dar a todos buen ejemplo. llPara la recta inteligencia del famoso artículo aparecido en ccAvanzadillall ju2;go conveniente poner aquí ciertas aolaraciones. ))Todo ,él quiso ser una violenta diatriba contra los licenciosos bailes actuales. Si se escogió a «La Buena Sociedadll como ca– beza de turco fué por las razones ya apuntadas del mayor relieve de quienes allí acuden. Nos han dicho. confidencialmente que un religioso de gran prestigio en nuestra ciudad ,(y que no perte– nece a mi Orden) declaró en derta ,conversación pr.ivada, que consideraba a ccLa Buenall como casi el principal centro de diso– lución 1 leonesa. llEl artículo de ccAvanzadillan fué violento, quizá excesiva– mente violento, pero todo él, hasta el mismo título que llevaba, ha salido en sustancia de referencias dadas por frecuentador.es de aquel ambiente ... , a algunos de los cuales hemos oído ,que– jarse desde hace algún tiempo de que sus fiestas y sus bailes bajaban cada día más de tono. No hubiéramos nosotros hablado de ccferia de esclavas)) si antes no hubiésemos escuchado por ahí tal expresión. llLa comparación es cruda, pero no del todo infundada. Los bailes modernos se van convirtiendo, cada vez más, ,en una feria de atrevimientos indecentes. Un informe publicado ;por el Pa– tronato Nacional de Protección a la Mujer sienta estas afirma– ciones: c<Los bailes públicos han sido siempr,e ocasión de in– moralidad y lo continúan siendo. De los centenares de expe– dienfos tramitados este año se deduce irrebatiblemente que los
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