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157 cuerdos de sus virtudes sacerdotales y franciscanas, y también grandes ejemplos, que sctán 1 a través de los siglos, mm provechosa lección para todos" (52). El Padre Al)elgas era sumamente recogido y hu– milde; por eso en Caracas apenas era conocido, no te– niendo su muerte aquella resonancia que alcanzó la de otros operarios evangélicos franciscanos que por muchos años habían ejercido el ministerio en la ciu– dad del Avila. Con todo, la prensa, algunos de sus Hermanos de hábito y muchísimas personas del Bajo Orinoco lamentaron su desaparición, como se lamen– ta la de un Padre bueno . y preocupado perseverante– mente por el bienestar espiritual y materiaJ .de sus hi• jos. El Diario Católico "La Religión", fo dedicó el mis– mo élia de su fallecimiento, las Uneas que a continua– ción tranEcribimos: "ll.,ALLECIMIENTO DE UN RF> VERENDO PADRE CAPUCHINO..Hoy, 28 de diciem• bre, ha n:uerto en Caracas el R. P. Sa.ntos Abelgas, Misionero Capuchino del Caroní, a los 59 años de edad y 42 de vida religiosa. "Sus hermanos de hábito lloramos su partida; porque l\e amábamos y conocemos muy bien la falta que nos hace la diaria lección de su vida mortificada .. "Reccrdamos siempre, como un estímulo, su apos– tolado de 13 años -en el Oriente de la Isla de Cuba; donde los campesinos de Bayamo, Guisa, Veguita y Cauto sintieron el atractivo de su humildad. lo incan– sable de su trabajo y las manifestaciones de su cari– dad seráfica. Con estos dones logi'ó dominio comple~ to en el ánimo de un ladrón que le salió al encuentro, _ en cierto campo de Beire, y le amenazó de muerte sj n.o le entregaba prontamente cuanto dinero llevaba. (52). Fadre Caydano, Obro citada, póg, 540.'

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