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XXI VEN Y SERAS CORONADO Rumores lejanos~ - Las fieb1·eis. palúdicas. - Viajr~· a Caracas. - Regreso a la Misión. - En Va.llencia y en la.s Trincheras. - Muerte edificante y sereMla. -·- Recuerdos póstumos. No era ciertamente el Padre Santos de una natu– raleza capaz de resistir las constantes acometidas de enfermedades graves, y soportar, sin detrimento físi• co, las incomodidades, privaciones, mojaduras, noches en vela, hambres y otras pruebas, de orden material.. que acompañan al Sacerdote Misionero en el cumpli– miento de sus sagrados deberes. De espíritu evangélicamente fuerte, de voluntad. inquebrantable para hacer el bien aJ prójimo, de for– taleza sobrehumana para abrazarse con la cruz y con toda clase de sacrificios, no lo era en sus energías fí. sicas que, si bien estaban alentadas por su alma de· apóstol, tenian que resentirse ante el peso formidable que les imponía el infatigable celo del •Padre Abelgas.. Si, como es lógico, hemos de dar crédito al f arma• céutico de Guisa, Dr. Pedro Tamayo, ya en Cuba sin- · tió no pequeñas novedades en el hígado, pues "llevaba con admirable resignación su enfermedad del hígado que le proporcionaba grandes molestias". Y que "fas. dificultades que hallaba en sus ministerios eran falta,,

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