BCCCAP00000000000000000000752

141 que jugueteaban en la copa d~ corpulento árbol. Ape· J,1a.s J.os simios divisaron a los Misioneros, tocaron a re- , tirada, y saltaron de rama en rama, _ y de uno a otro .árbol; sólo uno grandote, que debía ·de ser el jefe de la cuadr]la, no se dió por enterado de que "había ene– migos en la costa", y permaneció impertérito,. en su puesto de mando. -Apúrate, Padre Antolín, que se nos van los mo- 11os, exc:ama Carlos. ~P:imer intento de descarga contra el mono con– fiado, pero no salió el tiro ni por la culata. -Entonces el mono grita jubiloso y arrancando ramas s.a las arroja al cazador. , · .~ .. · ' , ~Saca ese cartucho, Antolm, y mete otro por- que se nos escapa también el mono hurlóJL · ,. -i\uevo cartucho y una descarga. Ahora lá buf• la del n:ono, que se siente herido, se trueca en deses• perantes alaridos; como si le hubieran arrojado una bomba atómica, se precipita y cae esangüe al suelo. Y los Misioneros tienen carne para continuar la. expe, dición e--1angélica. . . Cor.. buen_ guía, conocedor del laberinto de los ca– ños, llegaron los Padres a los mariuseros, quienes, atraídos por los col.lares y otros objetos que les mos– traron, .se congregaron en tor-no de ellos. 'empezando inmed.ia: amente el Padre Abelgas la instrucción ca– tequétiea. entre aqüellos pobres salvajes. "Poned atención, les dice; oid mis palabras; escu– chad: Dios, Creador de todas las cosas, se apareció, hace mucho . tiempo, a un hombre Jlamado Moisés, en una mo:itaña muy elevada. Cuando Dfos se manifestó empezó la montaña a extremecerse y el cielo relam– pagueaba; entonces dijo Dios las diez palabras (man· dam.ientos) . · 19 Dloso cocotuca cu.arfo~ obonoquit.ane. Querer a , Dio¡;; mts que a todo. .

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz