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111 con caña dulce, arroz y yuca amarga parai. <lle ella ex– traer el pan de cazabe. Para el año 1927, es decir, dos años después ide fa toma .de posesión de la hacienda de cacao sin matas y del ranchito sin piso, sin paredes y poco menos que sin techo, estaba en gran parte resuelto e] problema alimenticio, sin regalo de ningún género, pero con lo necesario para no experimentar los efectos del ham– bre; mas estos sencillos triunfos del abnegado misio– nero, fueron totalmente aniquilados por la extraordi– naria creciente del Orinoco; que inundó Ias tierras la– bradas y sembradas, dañó las siembras y las plantas y esterilizó en parte la fecundidad del terreno regado con los sudores del Padre Sa'htos. El Vicario Apostólico había encargado la cons– trucción de una enriara, destinada a la Misión de Ara– guaimujo, al criollo Severiano Morales, quien debía entregarla en tm .lapso de tiempo relativa.mente corto. Mas la curiara no asomaba por · ninguna parte, y eí Padr.e Abelgas se encontraba compfotamente aislado, sin poder comunicarse con -los indios, para empezar su acción evangelizadora. No resignándose a semejan– te ocio obligado, resolvió abrir una pica por entr,e la selva que le permitiera llegar a las rancherías de los indígenas de Araguaimujo; para ello hizo venir al ca• pitán con otros cinco indios, los cuales, en pocos días, hicieron la trocha, y el misionero se comunicó con los aborígenes araguaimujeros, visitando frecuentemente sus morad_as, para mejor aprender con ellos el propio idioma y explicarles las verdades fundamentales de rmestra religión. "Uno de estos días, escribe el Padre Santos, me propuse ir a visitar los ranchos más cercanos de los indios, y lo hice acompañado del indiecito que tenía conmigo, En ei primer rancho visitado encontré a !os indios muy desavenidos, a causa de que uno de ellos

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