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85 quien, también 'por motivos de salud, tuvo qu.e reti– rarse el año de 1922. Antes deJ establecimiento defi– nitivo · del Vica.rfato, o sea el 22 de febrero de 1923, arribó el Padre Santos de Abelgas a Tucupllta (29). Su traslado no carece de episodios edificantes que ma– nifiestan su espíritu de a,bnegaciém, pronta obediencia y confianza filial en la Providencia de Dios. El R. P. Victorino de San Martín nos los ha conun1i.caclo en Informe particular que tenemos a la vista, y del que entresacamos los párrafos siguientes: "Cuando yo llegué a la Hahana, dice el Padre San Martín, el -19 de enero de 1923, procedente de Ve– nezuela y con destino a Bayamo, me encontré con el Padre Sanos de Abelgas en la Residencia, de los Pa– dres Franciscanos, esperando la salida deA vapór "Montevideo", de la Compañía Trasatlántica española, nunbo a La Guaira, con el fin de incorporar.·se, como Misionero, al recién fundado Vicariato de] Caroni. "Estaba enfermo, con fiebre y a.ccesos dié tos ca– vernosa que impresionaba por su intensidad y repe– tición frecuente. Hallándose en estas condiciones, le fué comunicada la obediencia: .de su · traslado a Vene– zuela y, rápido, sin dar a conocer el mal que padecía, dejó la car'1.1a y tomó el tren para la Haba11.a, ·donde tuvo que acostarse apenas llegado, en un estado de postraéión que a todos nos daba lástima. Tan solo un d:ía permaneció en el lecho; pues, al siguiente, comen• zó los trámites de ley necesarios para el arreglo de su documentación personal, sin :preocuparse de 1a en– fermedad, y sin dar oídos a mis repetidas indicacio– nes para que pusiera zapatos, conviniendo únicamen– t e en abrigar los pies con medias, pero sin d!ejar las sandalias. · (29). Carta del P. Samuel al P. Antonino de Carrcs::era, Men . Seráfico, añc 1923, pág. 658,